
El mandato de Barack Obama se acerca a su final. Ocho años en los que el político demócrata ha virado a la izquierda a su país auspiciando la ideología de género y la dictadura del relativismo. En noviembre dejará el cargo dejando grandes interrogantes entre los analistas, sobre todo en política exterior.
Obama ha conseguido que Estados Unidos haya perdido liderazgo a escala mundial relegando a un segundo plano la política exterior. Sin embargo, este perfil bajo del presidente ha encontrado una excepción importante: la agenda LGTB. EEUU se ha dedicado durante estos años a imponer la ideología de género en todo el mundo, lo que le ha generado más de un conflicto diplomático.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora“A nivel internacional, este gobierno ha hecho lo imposible para promover los derechos LGTB a escala mundial, pero permanece en silencio mientras las minorías cristianas en el exterior sufren la persecución y, en Oriente Medio, el genocidio”, denunció a Friday Fax un exfuncionario de alto rango del Departamento de Estado, tal y como recoge el Center for Family & Human Rights (C-Fam).
Obama creó un ‘Fondo Global para la Igualdad» que consistía en la entrega de fondos a los activistas LGTB
Ya en 2011 la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton anunció a bombo y platillo que los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales pasaban a ser de orden prioritario para la administración norteamericana. Y a renglón seguido Obama establecía un “Fondo Global para la Igualdad” que consistía en la entrega de fondos a activistas LGTB.
La embajadora ante la ONU revela sus tácticas
Pero la ofensiva ha ido mucho más lejos y para ello contaron con la ONU. Así lo reconoce Samantha Power, actual embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas y anteriormente asesora de Obama en materia de derechos humanos. El Gobierno ha utilizado toda su maquinaria para presionar al resto de países para imponer la ideología de género.

Power inició una campaña en Naciones Unidas para que el organismo costeara ciertos beneficios para las parejas del personal homosexual y reconoció que trabajó “tan duro por ese voto como por cualquier voto que hemos logrado desde que me convertí en embajadora”.
Además, Samantha Power contaba a los miembros del Human Rights Campaign, el mayor lobby gay de EEUU, los procedimientos casi mafiosos que usó para lograrlo:
“Utilizamos todos los componentes a nuestro alcance. Los embajadores estadounidenses de todo el mundo se pusieron a trabajar a toda máquina. Exigimos el pago de deudas. E incluso cuando sospechábamos que habíamos pasado a tener la mayoría de votos seguimos trabajando. Y cuando los países no respondían nuestras llamadas, los acorralábamos en el Salón de la Asamblea General, en el Consejo de Seguridad o incluso en los baños”.
Power: «Estados Unidos responde rápida y significativamente cuando los gobiernos reprimen los derechos LGTBI»
En su alegato, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU dijo que su país responde “rápida y significativamente cuando los gobiernos reprimen los derechos LGTBI”, lo que contrasta con el perfil bajo utilizado con las violaciones constantes de los derechos humanos y las masacres contra las minorías religiosas en Oriente Medio y África.
La ofensiva diplomática a través de las embajadas
Ejemplos claros de esta ofensiva diplomática de Obama han sido también la utilización de las embajadas de Estados Unidos en el mundo. Hasta seis embajadores abiertamente gais ostentan sus cargos en este momento: James Costos (embajador en España), Ted Osius (Vietnam), James Brewster (República Dominicana), John Berry (Australia), Rufus Gifford (Dinamarca) y Daniel Baer (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, OSCE).

Precisamente el principal conflicto diplomático que le ha explotado en las manos a Obama en este asunto ha sido en República Dominicana donde tanto la clase política como los líderes de las distintas confesiones religiosas han estallado por las intromisiones del embajador Brewster, que una y otra vez ha aprovechado su cargo para expandir la agenda LGTB en el país.
Otro ejemplo del carácter prioritario de la ideología de género para la administración Obama en la política exterior se produjo en 2015 cuando el actual secretario de Estado, John Kerry, creó la figura en el Departamento de Estado del enviado especial para los Derechos Humanos de las personas LGTB, y que actualmente lo ostenta Randy Berry, diplomático abiertamente homosexual.