La profesora Alicia Rubio, autora de «Cuando nos prohibieron ser mujeres… y os persiguieron por ser hombres” y responsable del área de Educación de Profesionales por la Ética, ha pronunciado una conferencia organizada por HazteOir.org titulada “Leyes de género y menores” en la que ha expuesto los peligros de la ideología de género que actualmente se difunde a los menores en las escuelas españolas.
El acto ha comenzado con la presentación de Rubio a cargo del presidente de HazteOir.org, Ignacio Arsuaga, que ha destacado «la suerte que supone contar con Alicia Rubio» en la batalla contra la ideología de género al tiempo que ha afirmado que «HazteOir está comprometido con las libertades fundamentales como la de educar a nuestros hijos conforme a nuestra conciencia y valores».
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Suscríbete ahoraRubio ha señalado que la ideología de género ya se ha hecho ley, algo que ya tiene consecuencias a diario en las aulas de toda España. «Ya nos han colocado la soga al cuello porque las leyes castigan al disidente. He ido a cursillos como profesora y sé de lo que hablo».
El objetivo último de la ideología de género, sostiene la profesora de Instituto, Alicia Rubio, es el de «ir contra la familia para buscar a menores manipulables y repetir el modelo implantado. En las aulas hay menores manipulables y sin referentes».
Rubio: «Las ideologías totalitarias siempre han querido educar a los menores por varias razones: porque son moldeables al no tener bagaje ético, ni vivencial, porque se adaptan a todo…»
Rubio ha insistido en este punto y ha señalado que las ideologías totalitarias «siempre han querido educar a los menores por varias razones: porque son moldeables al no tener bagaje ético, ni vivencial, porque se adaptan a todo, porque son fieles al aprendizaje adquirido y porque en última instancia lo transmitirán a las nuevas generaciones».
La autora de “Cuando nos prohibieron ser mujeres… y os persiguieron por ser hombres”, asimismo, cree que los menores son influidos por tres ámbitos de aprendizaje: la familia, que da protección y estabilidad; los medios audiovisuales, que son un ariete imparable; y la escuela, lugar de formación.
En opinión de la docente ahora es más frecuente encontrar a menores inseguros, traumatizados, manipulables, desprotegidos, carentes de autoestima, inestables y sin referentes debido a que cada vez más proceden de familias desestructuradas. «Se les manipula mediante el sentimiento de identificación. Es difícil de frenar el que emulen conductas por admiración».
Las aulas, el caballo de Troya perfecto
Y es que la escuela es el caballo de Troya con el que los propagandistas de la ideología de género quieren influir en los más jovenes. «Es el territorio a conquistar y lo hacen a través de los ‘caballos de Troya’, que son las estrategias para adoctrinar ideológicamente a los menores en las aulas, de forma totalitaria, en ambientes presuntamente democráticos y con intenciones espurias».
¿Qué información reciben los menores en las aulas a través de los caballos de Troya? Al margen de los padres los menores reciben informaciones ideológicas controvertidas, les imponen una moral estatal, se vulneran derechos fundamentales del menor, su ética individual y su conciencia, se vulnera el derecho de los padres a educar a sus hijos y se actúa sin buscar la felicidad de estos pero con ese falso objetivo expreso.
«Hay cursillos ‘contra la violencia de género y el amor romántico’ cuyo objetivo expreso es luchar contra la violencia de género, pero el objetivo tácito es crear desconfianza e incomprensión en la pareja heterosexual»
«Esta ideología se difunde en las escuelas a través de cuatro caballos de Troya: manipulación de textos (transversalidad); imposición de cursos de formación a los profesores; imposición de fiestas, jornadas, campañas… y eliminación de otras; y acceso a los menores para cursillos de colectivos adoctrinadores».
Precisamente en estos cursillos «contra la violencia de género y el amor romántico» el objetivo expreso, asegura Rubio, es el de luchar contra la violencia de género, pero el objetivo tácito es «crear desconfianza e incomprensión en la pareja heterosexual».
Para ello enseñan que hay una violencia estructural del hombre contra la mujer, que el hombre es un maltratador genético; que todo lo masculino es machismo y maltrato simbólico; que la misma situación a la inversa no es violencia; que hay que huir del amor entregado porque es una estrategia masculina para esclavizar a la mujer. «En la escuela, con el argumento de no discriminar a la mujer, se enseña a discriminar al varón y a desconfiar de las relaciones heterosexuales», concluye.