Cuando creemos que ya no podemos escuchar mayor aberración, basta encender un dispositivo para llevarnos un nuevo susto… No logro entender cómo la ministra de Educación nos zarandea a los padres por querer proteger a nuestros hijos.

Alega que no son nuestros y que no estamos respetando sus derechos y libertades.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Resulta casi conmovedor ver cómo el equipo de gobierno se preocupa por nosotros, por nuestras familias, por nuestros hijos… Sobre todo, por éstos últimos, los niños. Por momentos logran transmitir que ellos son los que más les importan ¿verdad?…

La educación de los niños es un trabajo diario, del que uno no debe esperar resultados inmediatos ni recompensa por la dedicación que se les entrega. De hecho, la educación de nuestros hijos ocupa en nuestras vidas un tiempo preferente entre las necesidades familiares. De esto, las familias estamos absolutamente convencidas y concienciadas.

Roza la parodia, por tanto, escuchar a unos individuos dar lecciones de educación cuando no respetan ni el principio básico de la vida. Dicho de otra forma, no respetan la vida. Y es que el sombrío Gobierno de Pedro Sánchez, defiende cual templario el derecho de las mujeres a abortar, porque aquello que crece y late en sus vientres «es suyo y de nadie más».

Debo entender en este caso que, cuando la izquierda quiere, es dueña de matar una vida porque están en su «derecho» de hacerlo; en cambio, cuando la derecha quiere cuidar, proteger y educar a sus hijos eso es constitutivo de delito. Ya se han encargado de advertirnos de que nos llevarán a juicio por violar los derechos y libertades de nuestros hijos.

Esos niños tienen padres y los padres tenemos su patria potestad: ¿quieren que también se la regalemos?

Llego a la conclusión de que, si estoy embarazada, aplaudirán que mate a mi hijo, pero me perseguirán hasta darme caza si decido parirlo, cuidarlo y protegerlo.

Y es que la izquierda que nos gobierna, siente que tener un hijo es una piedra en el camino. Así nos lo quieren hacer ver. Porque un hijo supone mucho esfuerzo, sacrificio, dedicación… «motivo» por el que pone a nuestra disposición todos los medios necesarios para quitarlo de en medio, para «interrumpir» el embarazo, para matarlo.

Sí, permítanme un pequeño inciso. Pasar de escuchar un latido al silencio es quitar una vida. Pero no pasa nada, está totalmente justificado, porque tener un hijo es decisión única y absoluta de la mujer que para eso es de «su propiedad». En cambio, una vez nacido es propiedad del Estado.

Resulta esperpéntica la narración, tanto como la realidad. Es tan brutal que ni nos atrevemos a verbalizarla, pero cuando lo escuchas, lo lees y racionalizas, entiendes que la ministra de “Educación” ha olvidado la premisa fundamental de su ministerio: tener educación. Porque sin respeto no hay educación.

Señores del gobierno, ¿de verdad piensan que les vamos a regalar a nuestros hijos…? Seguramente ustedes piensan que como previamente nos ofrecieron gratuitamente la posibilidad de matar a nuestros hijos y no aceptamos, ahora están en su derecho de educarles bajo su yugo. Pero olvidan algo: esos niños tienen padres y los padres tenemos su patria potestad: ¿quieren que también se la regalemos?

Demasiada generosidad espera este gobierno de nosotros. Típico del que carece de principios: ser generoso con lo que es de los demás…

* Escrito por una madre de familia numerosa que prefiere mantener el anonimato.

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