
El presidente de CitizenGo y HazteOir.org, Ignacio Arsuaga, ha participado este lunes en el X Congreso Mundial de Familias inaugurado ayer en la capital de Georgia, Tiflis. Durante su intervención ha hecho referencia a los «ataques a los que es sometida la familia».
“Nadie escapa de los efectos perversos de los ataques a la familia. Es necesario que tomemos conciencia de que nos enfrentamos a una batalla cultural, en orden a preservar el futuro mismo de nuestra sociedad», ha constatado Arsuaga.
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Suscríbete ahoraA su juicio, «bajo las corrientes del liberalismo exacerbado o del nuevo socialismo, se trata de someter a los ciudadanos a lo políticamente correcto para imponer la cultura de la muerte, la dictadura del relativismo, la ideología de género y el laicismo».
En este sentido, ha señalado que «asumir el reto profamilia, a través de la acción cívica favorecida por organizaciones participativas y eficaces, es luchar por el bien común y por sociedades fuertes basadas en los valores del humanismo cristiano».

Arsuaga ha señalado que «una eficaz acción profamilia requiere en primer lugar tener muy claras las amenazas que se deben combatir» y ha añadido que éstas residen en un doble mal: «el control de la poblacion y la redefinición de la familia».
Respecto al primero, Arsuaga ha dicho que “a partir de la dudosa teoría de la superpoblacion que es extendida para promover el control de la natalidad y el aborto, y de un interesado y mal uso del SIDA como excusa para ampliar el uso del preservativo, se promueve la actividad sexual desde las edades más tempranas, al tiempo que extiende, siempre bajo eufemismos, el aborto libre”.
«Se está usurpando el papel que corresponde a los padres como primeros educadores»
Al mismo tiempo, ha asegurado que “se trata de redefinir la familia». Por lo que a reglón seguido, ha constatado que «se está usurpando el papel que corresponde a los padres como primeros educadores, particularmente en cuestiones de la sexualidad, y destruyendo la naturaleza del matrimonio para equipararlo a las uniones entre personas del mismo sexo e incluir la adopción como un nuevo “derecho” propio de las parejas homosexuales”.
Además, ha explicado que «como en cualquier lucha, lidiar la batalla cultural por la familia, requiere identificar bien al adversario».
En este sentido, se refería a los grupos de presión que operan desde los gobiernos nacionales, partidos políticos, medios de comunicación, ONG y fundaciones. Todos ellos con la finalidad de adquirir una dimensión global con su infiltración en organismos supranacionales, como la ONU o las instituciones de la UE.
Los enemigos de la familias son grupos de presión que actúan desde la ONU, fundaciones como Rockefeller, Gates o Soros, organizaciones como la Humanist Federation o la abortista Planned Parenthood
Entre ellos, el poder financiero de las fundaciones como Rockefeller, Ford, Gates o Soros; organizaciones secularistas como la Humanist Federation; la multinacional abortista Planned Parenthood; y el lobby gay de ideología de género ILGA, “que buscan controlar las conciencias de los ciudadanos para conformar una sociedad indefensa y obediente a sus intereses económicos e ideológicos”, ha denunciado.
“Abarcando desde las relaciones económicas a las familiares, tratan de imponer falsamente como nuevos ‘derechos humanos’ el aborto y la protección y la promoción de la homosexualidad, negando a quienes apelan a su libertad de conciencia o religiosa la posibilidad de disentir, castigándoles con despidos, multas y hasta penas de cárcel por no someterse a la nueva ideología”, ha sentenciado. A la par que ha añadido:“renunciar a librar esta batalla cultural, o perderla, supone el triunfo del totalitarismo”.
Frente a ello, Arsuaga ha animado a librar la batalla cultural por los verdaderos derechos humanos: fundamentada en la defensa y promoción de los valores innegociables – la vida, la familia y la libertad de conciencia y religiosa-, mediante la acción ciudadana.
Arsuaga pone como ejemplo de modelo de éxito para dar la batalla de las ideas, el caso de CitizenGo, como plataforma global de acción ciudadana
En este sentido, ha detallado que esto se consigue a través de organizaciones cívicas eficaces que permitan “una correcta definición de los objetivos, estrategias, y campañas para financiar las acciones que logren involucrar a los ciudadanos en esta misión, a partir de cinco claves: crecimiento, participación, visibilidad, eficiencia y estabilidad”.
En este marco, el presidente de HO y CitizenGo ha concluido su intervención explicando el modelo de éxito que representan estas organizaciones como plataformas global de acción ciudadana.