Joe Biden elige al trans Rachel Lavine como secretario de Salud.
Joe Biden elige al trans Rachel Lavine como secretario de Salud.

Al tiempo que defienden la necesidad de entrar a saco contra los medios de comunicación conservadores porque esparcen ‘noticias falsas’ como las relativas a la extendida sospecha de que las recientes elecciones presidenciales estuvieron amañadas, la opinión progresista americana está igualmente de acuerdo en que Rachel Levine, alto funcionario de Sanidad en el gabinete de Joe Biden y padre de dos hijos, es indudablemente la mujer que afirma ser -contra toda evidencia en contrario- y en que cualquiera que diga lo contrario es un fascista lleno de odio.

Y estos son los que repiten a todas horas que se basan en «la ciencia» para todas sus opiniones y decisiones.

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Entre estos animosos censores de lo obvio está el Twitter de Jack Dorsey, el mismo que censuró un reportaje impecable del New York Post sobre los tejemanejes de Hunter Biden con chinos y ucranianos a cuenta de su padre, entonces vicepresidente con Obama. Porque resulta que Twitter te censura si dejas entrever en tu cuenta que el rey está completamente en pelotas o, por decirlo de otro modo más específico, que ‘Rachel’ Levine no es una mujer por más que se empeñe (aunque tampoco parece empeñarse demasiado, a juzgar por las fotos).

Una élite muy seria que pretende que veamos una mujer con todas las de la ley en un tipo que ha engendrado dos hijos en el papel inverso

Entre los caídos en esta purga están dos cuentas del portal católico de noticias LifeSiteNews. Los mensajes que provocaron la fatal decisión transmitían un mensaje sencillo y comprensible para el más cenutrio, algo que durante toda la historia, en todos los lugares hasta hace muy pocos años se hubiera desdeñado como perogrullada: «Biden nombra a una ‘mujer’ transgénero como subsecretario de Sanidad. ‘Rachel Levine, padre de dos, se divorció de su mujer tras treinta años de matrimonio».

Los tuits también incluían un enlace a un artículo en LifeSiteNews sobre el nombramiento y la primera frase del mismo: «Joe Biden ha anunciado su intención de nombrar a un hombre confundido sobre su género» como Subsecretario de Sanidad. ¿Dónde está la mentira?

Las cuentas suspendidas fueron la principal del portal, @LifeSite, y la de su campaña “We Can Defend Marriage”.

Si no fuera trágico, si no estuviera sucediendo en la realidad y no en una película o novela paródica, el caso sería carcajeante: una élite muy seria que nos amonesta a todas horas sobre ‘fake news’ y nos exige que nos fiemos de la Ciencia (así, en mayúsculas), al tiempo que pretende que veamos una mujer con todas las de la ley (nunca mejor dicho) en un tipo que ha engendrado dos hijos en el papel inverso y complementario y que ha pasado casado con su mujer un tiempo récord para nuestros tristes tiempos. Y para rizar el rizo y dar otra vuelta de tuerca, pone a un sujeto tan evidentemente errado en cuanto a la biología a cargo de la salud de los americanos. La Administración Biden promete ser una verdadera juerga en lo tocante a corrección política.

Nuestro país está prácticamente en las mismas, aunque ahora no recuerdo que tengamos un cargo tan alto de la administración en tan curiosa circunstancia. Lo que está sucediendo tanto allí como aquí es la tardía rebelión de las feministas radicales históricas contra este sinsentido.

Pero es un poco como ese manifiesto de intelectuales de izquierda contra la censura y los ataques a opiniones contrarias en las redes: llega muy tarde y parece no advertir que lo nuevo, este odio que se disfraza de lucha contra el odio, esta rebelión contra la naturaleza que se presenta como defensa de “la Ciencia”, no es más que lo que ellos y ellas proponían llevado un poco más allá. Estas feministas, como los firmantes del manifiesto de marras, no dejan de ser pirómanos que creen que ya hemos tenido demasiado fuego. El progresismo bueno llega hasta donde llegué yo; un pasito más ya es un disparate. Pues va a ser que no. El cáliz del progresismo vamos a beberlo hasta las escurrideras.

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