Cristina Cifuentes y Manuela Carmena, a la salida de una reunión de trabajo entre Comunidad de Madrid y Ayuntamiento. /D. Sinova-CAM
Cristina Cifuentes y Manuela Carmena, a la salida de una reunión de trabajo entre Comunidad de Madrid y Ayuntamiento. /D. Sinova-CAM

La transexualidad se ha convertido en un tema de primer nivel en la agenda política y social. En el ámbito político, en la Comunidad de Madrid todos los partidos se pelean por ver quién es el que más derechos les da sobre el resto de ciudadanos mediante una ley destinado exclusivamente a este colectivo. El propio gobierno madrileño presidido por Cristina Cifuentes incluso ha decidido discriminar a la práctica totalidad de la ciudadanía regalando pases de metro gratuitos para transexuales.

Mientras tanto, en el ámbito del cine se ha nominado a los Oscar la película La chica danesa, que relata la historia de un transexual en los años 20. La trama ya fue desmontada con su propia experiencia de vida por un extransexual mostrando el lado oscuro que no aparece en el filme.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Los transexuales tienen ahora más visibilidad que nunca y el lobby gay está promocionando su agenda en parlamentos y medios de comunicación. Pero, ¿no hay ningún aspecto negativo de la transexualidad? ¿No hay nada detrás del cambio de sexo que no sea tan bonito como se vende?

Los contundentes datos de los estudios científicos

Los estudios científicos contradicen, y mucho, los argumentos del lobby gay en el que vende que el cambio de sexo es la liberación de la persona que lo realiza. En un artículo, Michael Cook, director de MercatorNet, recoge las conclusiones de distintos informes que muestran la otra cara de la transexualidad.

En este caso, un estudio publicado en el Journal of Adolescent Health realizado en Boston en 2015 comparó los historiales clínicos de 180 jovenes transexuales con otro grupo de jovenes no transexuales.

Las conclusiones son abrumadoras. Los transexuales tenían una probabilidad de dos a tres veces mayor de sufrir trastornos mentales, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas e intentos de suicidio y también autolesiones.

Un estudio revela que “después del cambio de sexo, las personas con transexualismo tienen riesgos notablemente más altos de mortalidad, conducta suicida

Los propios autores del artículo admitían que “un porcentaje notablemente superior de pacientes adolescentes y jovenes transexuales sufrían problemas de salud mental en comparación con los jovenes cisgéneros (personas que se sienten bien con su sexo)”.

Michael Cook cita otro estudio que se publicó en 2011 en PLoS One con una muestra de 300 personas que se habían sometido a un cambio de sexo en Suecia. Las conclusiones son similares al del otro informe.

Un nivel «extraordinariamente alto de comportamientos suicidas

En este caso, los investigadores aseguran que “después del cambio de sexo, las personas con transexualismo tienen riesgos notablemente más altos de mortalidad, conducta suicida, patología psiquiátrica que el conjunto de la poblacion”. Además, añaden que “nuestros resultados indican que el cambio de sexo, aunque alivia la disforia de género, puede ser un tratamiento insuficiente para el transexualismo, y deberían llevar a mejorar la atención psiquiátrica y médica a este grupo de pacientes tras el cambio de sexo”.

Incluso organizaciones favorables al lobby gay llegan a este tipo de conclusiones. El Instituto Williams asegura en un informe que publicó en 2014 que había “un nivel extraordinariamente alto de comportamientos suicidas” entre los transexuales adultos.

Además, citaban el alarmante dato de que los intentos de suicidio entre las personas transgénero se situaba en el 41%, un dato mucho más alto que el 4,6% del conjunto de la poblacion de Estados Unidos. Entre la poblacion gay el porcentaje se situaba entre el 10 y el 20%.

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