La Sala de lo Social del Tribunal Superio de Justicia de Canarias, ha otorgado la condición de víctima de violencia machista a una mujer cuyas denuncias fueron todas desestimadas o archivadas para que pueda cobrar una pensión de viudedad.
De alguna manera, la magistrada ponente, Gloria Poyatos, ha instaurado una nueva categoría: la de maltratador a título póstumo, a pesar de que en toda su vida terrena el exmarido de la viuda no fuera condenado ni una sola vez por maltrato en cualquiera de sus formas.
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Suscríbete ahoraLa presunción de culpabilidad del varón y la inversión de la carga de la prueba han sido llevadas hasta el más allá por quien es presidenta de la Asociación Española de Mujeres Juezas.
Actuall ha contactado con algunos expertos en la ideología de género y sus consecuencias para recabar su parecer sobre la sorprendente sentencia que, según ha declarado su ponente, aspira a fijar las bases teóricas «de una metodología para impartir justicia con perspectiva de género».
Francisco Serrano: «Como cuando la Inquisición desenterraba un muerto para quemarlo»
El juez Francisco Serrano, injustamente inhabilitado -tal y como determinó el Tribunal Constitucional– acusado de ir contra los postulados de la ideología de género, ha señalado a Actuall que «a los jueces que aplicamos la ley, nos echan y los jueces que aplican la ideología de género prosperan».
Según explica Serrano, «una mujer viuda no puede en condiciones normales pedir la pensión si lleva más de 10 años divorciada en el momento del deceso de su exmarido». En este caso, señala, se ha procedido «como cuando en tiempos de la Inquisición se desenterraba un muerto para quemarlo«.
“Lo injusto que es que ahora indemnicen a algunas, sobre la base de denuncias falsas, propiciadas por la Ley de Violencia de Género, o archivadas», dice una víctima de violencia machista
Carmen Sánchez: «Crea un agravio contra quienes hemos sufrido malos tratos de verdad, sin denuncias falsas»
A Carmen Sánchez, presidenta de Despertar sin Violencia (asociación contra la violencia doméstica), la sentencia de la juez Poyatos le parece “vergonzosa”.
En primer lugar, porque durante años todas las denuncias de la viuda contra el hombre fueron archivadas, “por lo tanto no tiene sentido una sentencia condenatoria póstuma”.
Y en segundo lugar, porque si sobre esa base se le indemniza ahora a la viuda “¿qué pasa con tantas mujeres que sí que está probado que han sufrido malos tratos? Se les tendría que indemnizar, porque en su caso no hubo denuncias falsas, sino que fue violencia probada del varón contra ellas”.
La propia Carmen Sánchez lo sufrió en sus carnes con su primer marido. “Yo tendría que pedir indemnización porque están documentados los malos tratos por el tribunal de la Rota, en 1975. Lo que ocurre es que entonces no existía la Ley de Violencia de Género”.
Y añade que durante décadas, muchas mujeres tuvieron que enfrentarse “solas ante el drama de los malos tratos, sin ley que les amparara”. “Y nadie las ha indemnizado”.
Sánchez subraya que “lo injusto que es que ahora indemnicen a algunas, sobre la base de denuncias falsas, propiciadas por la Ley de Violencia de Género, o archivadas como la sentencia de la juez Poyatos».
Manuel Oliete: «Inventar hechos que no han existido y convertirlos en realidades jurídicas es prevaricar»
El secretario de la Asociación Europea de Ciudadanos contra la Corrupción, Manuel Oliete considera que la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Canarias «es un caso clarísimo de prevaricación judicial».
A su juicio, la magistrada «no puede alegar ignorancia inexcusable y decir que desconoce que las fuentes del Derecho en España son la ley y la jurisprudencia y no la ideología de género».
Poyatos «inventa un hecho que no ha existido porque otros jueces anteriores a ella han dicho que el ilícito penal no ha existido», explica Oliete
Esta ideología, subraya, «no puede ser nunca fuente de derecho, ni siquiera a nivel interpretativo de la ley». Poyatos «no se puede inventar hechos que no han existido y convertirlos en realidades jurídicas. Eso es prevaricar», señala.
Oliete abunda en la acusación al sostener que Poyatos «inventa un hecho que no ha existido porque otros jueces anteriores a ella han dicho que el ilícito penal no ha existido y, a partir de la inexistencia de un hecho, ha creado una realidad jurídica».
Dado que la Asociación Europea de Ciudadanos contra la Corrupción considera que se trata de un delito de prevaricación evidente, anuncia a Actuall que interpondrá una querella criminal contra Poyatos y una denuncia ante el CGPJ.
«El sometimiento de la ley a las coordenadas ideológicas correctas es exactamente la característica de las sociedades totalitarias», explica el historiador Paz
Eugenio Dorao: “Atenta contra la independencia judicial”
“Pienso que es un atentado contra la independencia judicial en concreto por parte de la perspectiva de género” explica Eugenio Dorao, estudioso de las políticas de ideología de género.
Dorao subraya que la Justicia «no puede estar condicionada por otros criterios que no sean jurídicos».
“Y con la perspectiva de género, el hombre siempre será culpable y la mujer siempre inocente”. Y en este caso tenemos que las denuncias de la mujer fueron archivadas, luego no existe base para indemnizar a la viuda.
Fernando Paz: “La ideología de género y el feminismo son la carcoma de la Justicia en España”
«Juzgar con perspectiva de género no es ideología, dice la juez Poyatos; naturalmente, ella sabe que sí lo es” señala el historiador y especialista en ideología de género, Fernando Paz.
Y apunta que “el sometimiento de la ley a las coordenadas ideológicas correctas es exactamente la característica de las sociedades totalitarias».
«Tanto la ideología de género como el feminismo se han convertido en la carcoma de la justicia en España. Destruyendo la presunción de inocencia y la igualdad ante la ley, han dinamitado todo vestigio de seguridad jurídica y están eliminando eficazmente lo que queda de Estado de Derecho.
«La Justicia es un concepto que hace tiempo emigró de España. Pero hasta hace poco, al menos, podíamos esperar sentencias sujetas a derecho, como corresponde a una sociedad aproximadamente civilizada. Ya ni eso».
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