La custodia compartida está avalada por la ciencia como el mejor sistema para el desarrollo de los menores.
La custodia compartida está avalada por la ciencia como el mejor sistema para el desarrollo de los menores.

*Por Vicente Pellicer

Existe una abrumadora evidencia científica que pone de manifiesto los beneficios de la custodia compartida en caso de divorcio con hijos. La creencia de que un menor al que se le amputa injustificadamente uno de sus progenitores va a desarrollarse sin consecuencias, atenta tan abiertamente contra la lógica y el sentido común, que sólo es posible defender una postura tan cínica desde la mentira y la manipulación.

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La oposición a la preferencia de la guarda y custodia compartida de los menores en caso de separación o divorcio de sus progenitores es ideológica. No hay duda en afirmar que la investigación demuestra empíricamente que, tras el divorcio, lo mejor para los hijos es la custodia compartida. Los menores bajo un régimen de custodia compartida tienen menos problemas emocionales y psicológicos, mayor rendimiento académico, menos problemas psicosomáticos y médicos, menos riesgo de desarrollar trastornos de conducta y comportamiento antisociales, mejor relación con sus progenitores, evitando fenómenos de alianza, manipulación, obstrucción parental o conflicto de lealtades, menor riesgo de consumo de sustancias tóxicas, mayores índices de bienestar y satisfacción, mayor grado de adaptación, menor riesgo de pobreza y menor riesgo de maltrato.

La mayoría de los menores con custodia monoparental manifiestan estar en desacuerdo con el tipo de régimen concedido en los tribunales y muestran su deseo de aumentar el tiempo de convivencia con el progenitor no custodio hasta una situación de custodia compartida.

La Asociación Americana de Psicología expone que “la custodia compartida se asocia con resultados más favorables en los niños”; la Academia Americana de Pediatría considera que “el padre y la madre, son ambos necesarios para los hijos” y que “una relación estrecha con ambos es necesaria para maximizar las posibilidades del menor para tener una vida sana y productiva” y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria recomienda que “los hijos tengan el mismo tiempo de acceso a ambos padres para enfrentarse y sobrellevar la ruptura conyugal”.

La gran mayoría de los niños se benefician más de custodia compartida que de que custodia monoparental, y que no hay evidencia convincente que el conflicto interparental recomiende la custodia monoparental

Linda Nielsen, doctora en Psicología, una de las voces más autorizadas a nivel mundial por su extensa investigación en las consecuencias del divorcio sobre los menores, en una revisión de 60 estudios internacionales publicada en 2018 en la que se planteaba si la custodia compartida estaba vinculada a mejores resultados y puntuaciones para los niños en una amplia gama de variables y si los resultados estaban influidos por otros factores como los ingresos económicos, la edad del hijo, el conflicto entre los progenitores o la relación entre el menor y los progenitores, determinó que “la custodia compartida está generalmente vinculada a mejores resultados que la custodia monoparental para niños, independientemente de los factores parentales, ingreso familiar, o el nivel de conflicto entre los padres».

Lo que estos estudios significan es que la gran mayoría de los niños se benefician más de custodia compartida que de que custodia monoparental, y que no hay evidencia convincente que el conflicto interparental recomiende la custodia monoparental. Incluso si la relación padre-hijo, el ingreso y el conflicto fueran los mismos, los niños son aún más propensos a beneficiarse con custodia compartida que con custodia monoparental”.

Anja Steinbach, en una revisión publicada en 2019 de 40 estudios internacionales mostró que la custodia compartida tenía efectos significativamente positivos en todas las áreas analizadas.

Otro estudio sobre 184.496 menores de 36 países industrializados occidentales mostró que los niños de familias intactas seguidos de los menores con custodia compartida son los que presentaban las tasas de satisfacción y bienestar más elevadas, y en último lugar, los menores con custodias monoparentales.

Según el investigador JB Kelly “resulta irónico que se haya sometido la custodia compartida a un nivel e intensidad de vigilancia que nunca se ejerció en relación con la custodia exclusiva para la madre y visitas durante dos fines de semana al mes para el padre. Los conocimientos sobre desarrollo infantil deberían haber alertado a los profesionales de salud mental de las consecuencias que tendría para el niño el hecho de ver a uno de sus padres solamente cuatro días cada mes”.

La premisa del acuerdo entre los progenitores establece que sólo pueden seguir siendo padres de sus hijos tras un divorcio, aquellos hombres a los que sus exparejas se lo permiten

Una de las mentiras más frecuentemente repetidas en contra de los planes de co-parentalidad es que la custodia compartida es perjudicial cuando no hay acuerdo entre las partes. En realidad, no es que la custodia compartida no sea posible porque no haya acuerdo entre las partes, sino que no hay acuerdo entre las partes, precisamente porque no hay custodia compartida.

En palabras del psicólogo Julio Bronchal Cambra “incluso los detractores de la custodia compartida llegan a decir que lo mejor para los niños es la custodia compartida cuando las partes están de acuerdo, pero paradójicamente en los tribunales nos encontramos en que a aquella parte que no quiere la custodia compartida es a la que se le premia con la custodia de los hijos. Es decir, que a aquella parte que no quiere lo mejor para su hijo, es además a quien se le da la custodia”.

La fuente principal de conflicto entre los padres que se están separando o divorciando suele ser el desequilibrio en los tiempos de parentalidad que se produce tras el proceso de divorcio. La premisa del acuerdo entre los progenitores establece que sólo pueden seguir siendo padres de sus hijos tras un divorcio, aquellos hombres a los que sus exparejas se lo permiten.

Precisamente la literatura científica establece que la custodia compartida debe ser la elección preferente cuando existe conflicto parental, pues permite reducir la conflictividad en el tiempo.

Explícitamente una guía de un panel de 12 expertos internacionales publicada en el año 2018 afirma que “la existencia de un conflicto interparental u oposición a custodia compartida por parte de uno de los padres no será motivo para excluir o rebatir una custodia compartida”.

La custodia monoparental es una fuente de continuos conflictos entre la pareja, de una judialización y de un grado de conflictividad familiar extraordinarios; es un sistema que empuja a las partes a la lucha sin cuartel en perjuicio de los propios hijos.

En opinión del psicólogo Jorge Luis Ferrari, «siempre habrá excusas que intentan justificar el accionar de los adultos y hasta se pondrá como motivación principal de la extirpación de la figura paterna el propio bien del niño; pero, salvo excepciones, la mayor parte de las veces son los intereses de los adultos lo que están en juego. Son historias de desilusiones amorosas, de rencores, prejuicios y venganzas”.

La custodia compartida es un derecho del menor contemplado en la convención de Derechos del Niño de Naciones Unidas, y un deber de los padres, y sin ningún tipo de duda, es el modelo que más beneficia a los hijos en caso de divorcio de sus padres.

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