La organización australiana Free to Change [Libre para elegir] ha elaborado un estudio que analiza la satisfacción en diversos aspectos expresada por personas que han abandonado la vida LGTBI para recuperar la heterosexualidad originaria a través de las llamadas ‘terapias de conversión’.
Los testimonios analizados responden a los de 78 personas que, antes de someterse de forma voluntaria a un itinerario de acompañamiento para reconducir su vida sexual, se declaraban como hombres o mujeres homosexuales (57), bisexuales (11) o ‘transgénero’ (10).
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEn ellos expresan haber mejorado en su condición física (69%) y la calidad de sus relaciones humanas (74,4%). En cuanto a las ideas de suicidio, tres de cada cuatro manifestaron experimentar una mejoría (75,6%).
Por otro lado, 8 de cada 10 (80,8%) reconocieron que los itinerarios de acompañamiento para abandonar el estilo de vida LGTBI les ayudaron con sus problemas de promiscuidad sexual.
Más del 50% de quienes se declaraban al principio como homosexuales o bisexuales recuperaron la vida heterosexual
La mejoría es aún mayor en cuanto al manejo de los episodios de ansiedad (93,6%). También se acrecentó el nivel de autoestima en un 94,9%.
El estudio asegura que más del 50% de quienes se declaraban al principio como homosexuales o bisexuales recuperaron la vida heterosexual, bien con una relación estable o casados (22,1%), o bien mantieniéndose célibes (30,9%).
Además, una de cada 5 personas objeto de estudio (20,6) si bien mantienen la atracción hacia personas del mismo sexo, la atenúan mediante la abstención sexual y la ausencia de relaciones sentimentales con personas del mismo sexo, como es su deseo.
Respecto a las personas objeto de estudio encuadradas en el grupo ‘trans’, 4 de cada 10 recuperaron la heterosexualidad y se casaron o mantienen relaciones estables.
De las 78 personas objeto de estudio, 46 son hombres y 32 mujeres. Cerca de la mitad tenían en el momento del estudio entre 51 y 65 años. La mayoría son procedentes de Australia, Estados Unidos y Canadá, tienen un nivel educativo superior y ha recibido apoyo y consejo profesional una media de cinco años y medio y apoyo de carácter religioso a lo largo de más de 7 años de media.