Un dominicano porta una versión LGTBI de la bandera de la República Dominicana
Un dominicano porta una versión LGTBI de la bandera de la República Dominicana

La Conferencia del Episcopado Dominicano denuncia que las élites de algunos países ricos con el auxilio de organismos internacionales compran autoridades, presionan gobiernos y lanzan costosas campañas para imponer la ideología de género con el propósito encubierto de destruir la familia.

Afirma que usando como pretexto la promoción de la mujer y el supuesto desequilibrio poblacional son derramadas inmensas sumas de dinero en los países pobres para que los principios morales sean sustituidos por criterios ideológicos.

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Para los prelados esa nueva corriente “es la promotora del libertinaje sexual en adolescentes y jovenes, del homosexualismo, del lesbianismo y del aborto”.

La dura crítica se encuentra en uno los apartados de la carta pastoral ‘La mujer en la sociedad dominicana’ que será presentada en todas las parroquias del país el próximo sábado 21 de enero, festividad de Nuestra Señora de la Altagracia, considerada patrona de la isla.

«Invierten cuantiosas sumas de dinero, en los países del tercer mundo como el nuestro, usando como pretexto la liberación femenina”, aseguran los obispos.

En el numeral 20 se puede leer: “Las élites de ciertos países ricos, dueños de los grandes laboratorios y fábricas de armas, bajo el pretexto de la ‘superpoblacion mundial’, con el apoyo de organismos internacionales, se han inventado la ideología de género, cuyo propósito principal encubierto es destruir la familia y arrasar con los principios éticos y morales”.

“Invierten cuantiosas sumas de dinero, en los países del tercer mundo como el nuestro, montando campañas mediáticas, comprando autoridades y presionando a gobiernos para imponer sus criterios; es todo el trasfondo de la ideología de género, usando como pretexto la liberación femenina”.

Citando al Papa Francisco los obispos explican que esta perspectiva niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer, presenta una sociedad sin diferencias de sexo, vacía el fundamento antropológico de la familia y pretende imponerse como pensamiento único que determine, incluso, la educación de los ninos.

La ideología de género «lacera» la dignidad de la mujer y «la misma condición del ser humano»

“Además lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la verdad sobre la diversidad biológica entre hombre y mujer”.

El documento de 27 páginas señala a la ideología de género como uno de los desafíos urgentes que “laceran no sólo la dignidad de la mujer, sino la misma condición de todo ser humano”, otros también son señalados como el aborto, el comercio de personas y la violencia intrafamiliar.

Todo aborto es un asesinato

Los jerarcas dominicanos recuerdan en el texto que el aborto es un delito abominable y un mal absoluto para que “a ningún católico le quepa la menor duda de que éste es uno de los peores crímenes de la humanidad”.

Afirman que es necesario reiterar una firme oposición a cualquier atentado directo a la vida, especialmente inocente e indefensa, y el nonato en el seno materno “es el inocente por antonomasia”.

Volviendo a citar al Papa Francisco recuerdan que el aborto no sólo es un asunto de moralidad, es también un problema médico que confronta el juramento hipocrático que los médicos deben hacer, cada aborto “es un asesinato”.

El artículo 37 de la Cosntitución dominicana afirma que “el derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte”

Los pastores también hace un llamado para que la las autoridades detengan “la perversa pretensión a favor del crimen de ninos y ninas inocentes que claman con piedad desde el vientre de su madre que les dejen nacer”.

Tales palabras son una clara referencia a la tentativa del presidente Danilo Medina de despenalizar el aborto en algunos casos mediante un veto al nuevo Código Penal.

El nuevo Código, aprobado por el senado el pasado 15 de diciembre, mantiene la penalización del aborto en todos los casos en consonancia con el artículo 37 de la Constitución donde se afirma explícitamente que “el derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte”.

A pesar de las intensas presiones ejercidas por organizaciones feministas y abortistas tanto la Cámara de Diputados como el Senado no cedieron, pero el presidente Medina lanzó el veto sobre el Código que ahora será de nuevo discutido por el Legislativo.

La conferencia episcopal ya habían manifestado su repudio al veto en un comunicado en diciembre del año pasado.

«Si en vez de entregarse, el hombre intenta dominar a la mujer surge opresión que humilla, imponiéndose la posesión” aseguran los obispos

Cuando el hombre ofende a la mujer actúa contra Dios

La carta pastoral enumera como ultrajes a la dignidad de la mujer en el país diversos problemas entre los que destacan el comercio de personas para proveer la ilícita “industria del entretenimiento mundial”, la prostitución, la marginación económica impuesta a miles de mujeres pobres y la violencia intrafamiliar.

En la base de todos estos problemas, explican los obispos, además de una profunda desintegración del núcleo familiar, se encuentra la negación de la intrínseca dignidad de todo ser humano, en especial de aquellos que se presentan como más débiles.

Cuando el hombre ofende la dignidad de la mujer actúa no sólo contra él mismo, sino contra Dios; si en vez de entregarse, el hombre intenta dominar a la mujer surge opresión que humilla, imponiéndose la posesión”, subrayan.

Y apuntan es necesario empeñarse para “superar dicha perversión, restableciendo el orden creacional, donde el ‘humano engendrar’ es común al hombre y a la mujer, pero donde ella, como especial ‘guardián del ser humano’, vive una realidad innegablemente más profunda, pues en su asumir, integra las energías de su cuerpo y de su alma”.

El documento es la más reciente de las cartas pastorales que los obispos de República Dominicana dirigen anualmente a los fieles desde 2012. El texto completo puede ser leído aquí. Y un resumen, aquí.

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