
Si una pareja de recién casados tuviese que elegir un país del mundo para empezar a formar su propia familia, debería leer primero el informe de la ‘Fundacion Novae Terrae’ y la Universidad Católica de Milán sobre la familia en el mundo, que han presentado a través del Índice Global Independiente sobre la Familia.
Y es que no es lo mismo tener hijos en Nueva Zelanda que en Grecia, o en Dinamarca (el primero de la lista) en vez de en España. Para remarcar las diferencias que existen entre los diferentes países, el estudio se basa en cuatro índices básicos para una familia:
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora1. La estructura familiar: número de hijos y estabilidad matrimonial
2. Recursos económicos: ingresos y oportunidades de empleo.
3. Recursos externos: servicios de salud, conciliación laboral-familiar, etc.
4. Relaciones sociales: calidad de las relaciones tanto dentro como fuera de la familia.
El objetivo de este informe, que recoge los datos internacionales de 46 países de todo el mundo, es analizar el ‘estado de salud’ de la familia en el mundoy si los gobiernos la apoyan o no con los recursos necesarios.
Recalca el estudio que su análisis se basa en la familia natural, es decir, en la relación estable de un hombre y una mujer, casadas y con la intención de procrear.

Como se observa en el gráfico, entre los estados con los mejores índices hay varios países europeos, entre ellos los nórdicos (Dinamarca, Suecia, Noruega, Alemania, …) además de Nueva Zelanda y Australia, aunque éste último un poco más lejos.
Una situación totalmente opuesta a la que viven Macedonia, Croacia, Perú, o la República Checa, en los últimos puestos del ranking. España ocupa el puesto 24, a mitad de la tabla.
La renta per cápita, la industralización de los países, la conciliación laboral-familiar y las buenas relaciones en el seno del matrimonio y con los hijos determinan la posición de los primeros países, en los que las familias numerosas podrían ser la norma común.
Los países con más recursos destinados a la familias no incrementan sus índices de fertilidad, mientras que los países que quieren tener más hijos carecen de ayudas
Sin embargo, este no suele ser el caso ya que ninguno de estos países tiene un índice de fertilidad superior a dos hijos por mujer. Una especie de «puedo, pero no quiero», según recoge el propio informe.

Una realidad totalmente opuesta a la que viven los últimos de la lista, que son un caso más bien de ‘quiero, pero no puedo’. Cada país de la lista flojea en alguno de los cuatro puntos principales del análisis (algunos en más de uno), pero el principal suele coincidir: O el relativo a los recursos familiares o las ayudas del estado.
El índice en el los últimos de la lista llegan a destacar, llegando incluso a superar a los países más ricos, es en la estructura de la familia, ya sea por el número de hijos o por la buena relación en el seno del matrimonio y entre los distintos miembros de la familia.

Las conclusiones del informe indican que tanto los países más industrializados como los menos están sufriendo una caída del número de matrimonios y de los índices de fertilidad así como un mayor deterioro de las relaciones familiares.
Por ello, el informe recomienda una profunda reflexión sobre la transformación que está viviendo la familia. Las estadísticas muestran una fragmentación y una desinstitucionalización, que a juicio del estudio significa que se está simplificando a la familia hasta tal punto de que su estructura puede llegar a desaparecer.
Es cierto que muchos países, como Alemania o Dinamarca, destinan muchos recursos al apoyo de los padres para facilitar la llegada de los hijos, pero ese apoyo no siempre resulta efectivo pues los índices de fertilidad siguen cayendo en Europa.
«Hay que fomentar más el matrimonio», concluye el Índice Global Independiente sobre la Familia, ya sea con recursos en los países en los más dificultades tienen o con políticas, información y campañas en aquellos donde el dinero no es el problema.