
El senador italiano Simone Pillon ha sido absuelto en segunda instancia después de haber sido condenado en 2019 al pago de 400.000 euros en concepto de indemnización a una organización LGTBI por describir unos folletos escolares como «pornográficos».
Los folletos estaban dirigidos a menores y en ellos se explicaba de forma explícita cómo mantener relaciones sexuales entre personas del mismo sexo o cómo aumentar la excitación sexual en la pareja.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraA los padres de los alumnos, además, sólo se les había comunicado que se iba a dar una charla a los alumnos sobre el abuso contra las personas que se identifican como homosexuales a cargo de la organización Arcigay (Archigay) de Peruggia.
En una entrevista concedida a la asociación Provita e Famiglia el senador de la Liga Norte explica que su absolución «es una gran noticia, porque significa que en Italia todavía hay libertad de expresión, hay libertad de crítica», aunque expresa su preocupación porque los padres de los alumnos no tienen en general la capacidad de enfrentarse a organizaciones LGTBI en los tribunales.
«El proyecto de ley Zan sería la apoteosis de la dictadura políticamente correcta y de género» advierte Pillon
«Ésta es la verdadera injusticia: con la intimidación, estos señores creen que nos callan la boca, no deben tener éxito. Libertad ante todo», subraya.
El senador Pillon denuncia también que los grupos de presión LGTBI «no pueden quitarnos de en medio físicamente porque la ley lo impide, pero usan todo lo que pueden para destruirnos moralmente, para destruir nuestra credibilidad pública, ridiculizando todo compromiso, todo esfuerzo, a cualquiera que adopte una posición diferente a la de lo políticamente correcto».
Probablemente, Pillon hubiera salido mucho pero parado de estar aprobado el proyecto de ley impulsado por el diputado y activista LGTBI Alessandro Zan, que pretende convertir en delito toda forma de crítica a los grupos LGTBI.
«El proyecto de ley Zan sería la apoteosis de la dictadura políticamente correcta y de género, porque en ese momento nadie tendría el valor de denunciar estos auténticos abusos que se perpetran en nuestras escuelas, en detrimento de nuestros niños», explica Pillon, quien llama a los padres a que «mantengan la guardia alta y presten la máxima atención a lo que se administra a sus hijos en las escuelas».
Por último, Pillon lamenta que los medios de comunicación, que dieron su condena en primera instancia a toda plana, ahora no vayan a hacerse eco con el mismo despliegue de su absolución.