La Policía Nacional de Irlanda multó a un sacerdote católico por celebrar misas públicas en medio de un cierre de emergencia decretado en el país por la pandemia del COVID-19. El 20 de marzo, el periódico católico irlandés The Irish Catholic informó de que la Policía Nacional impuso una multa de 500 euros al padre J. Hughes después de celebrar misas con un pequeño número de feligreses en la parroquia de Mullahoran y Loughduff, ubicada en el condado de Cavan.
En el marco de las medidas sanitarias decretadas por el Gobierno de Irlanda ante la pandemia del COVID-19, las misas públicas fueron suspendidas de marzo a junio de 2020, durante la primera ola del coronavirus. El culto público se suspendió desde el 7 de octubre del año pasado.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl 21 de marzo, la parroquia publicó la foto de una carta, donde el padre Hughes escribió lo siguiente: “El próximo domingo comienza el viaje de la Semana Santa. Cuesta creer que por segundo año la gente no pueda venir a participar en las ceremonias de Semana Santa”.
“A pesar del tamaño de la iglesia y del lugar santo que es debido a la presencia de Jesús en el Sagrado Tabernáculo, la iglesia ha sido considerada un punto focal para la propagación del virus por parte de la Gardaí [Policía Nacional]”, dijo.
“La mayoría de las personas están sanas y pueden ir de compras, llevar a sus hijos a la escuela y muchas trabajan en entornos cerrados. Estamos cometiendo un grave error al rechazar a nuestro Señor y Dios Jesucristo al permanecer alejados porque los funcionarios del gobierno dicen que debemos hacerlo”, agregó.
El padre Hughes, que sirve en la Diócesis de Ardagh y Clonmacnoise, subrayó: “No acepto esta demanda de personas que no se dan cuenta del mal que están haciendo. Es nuestro derecho constitucional protestar mientras sea pacífico; es nuestro derecho constitucional practicar nuestra fe y reunirnos para orar juntos”.
Asimismo, señaló que “aquellos que tienen miedo de contraer el virus en la iglesia, tienen la libre elección de quedarse en casa y vivir sus vidas como mejor les parezca”.
El sacerdote también escribió en la carta sobre la multa que la Policía le impuso. “Me han vuelto a denunciar y la Gardaí ha emitido una multa porque celebré misa con personas presentes. Ejerceré mi derecho constitucional aunque la gente se queje, aunque no obedezca a mi obispo cuando voy en contra de su consejo. No podemos simplemente rechazar a Jesús en la Sagrada Eucaristía”.
Los obispos de Irlanda del Norte anunciaron el 17 de marzo que el culto público podría reanudarse a partir del viernes 26 de marzo, justo antes de la Semana Santa
El periódico católico irlandés dijo que la policía le pidió al padre Hughes en noviembre de 2020 que cerrara las puertas de la iglesia cuando celebrara la misa para evitar que los feligreses asistieran; pero el sacerdote mantuvo la iglesia abierta a los fieles.
Además, señaló que fuentes cercanas al sacerdote indicaron que no está dispuesto a pagar la multa y se muestra dispuesto para ser encarcelado en lugar de cesar el culto público.
Actualmente, Irlanda se encuentra bajo estrictas restricciones de “nivel 5” por el COVID-19 hasta al menos el 5 de abril de 2021. El Gobierno no dijo qué restricciones estarán vigentes después del 5 de abril, pero los medios locales informaron que probablemente la flexibilización de las medidas restrictivas será menor el próximo mes.
Los obispos de Irlanda del Norte anunciaron el 17 de marzo que el culto público podría reanudarse a partir del viernes 26 de marzo, justo antes de la Semana Santa.
Irlanda, un país con una población de casi cinco millones de personas, ha registrado un total de 230.599 casos de COVID-19 y 4.587 muertes hasta el 22 de marzo, según el Centro de Recursos de Coronavirus del Instituto Johns Hopkins. Las autoridades informaron 769 nuevos casos el domingo 21 de abril, la cifra más alta desde el 26 de febrero.
El miércoles 17 de marzo, día de San Patricio, el nuevo arzobispo de Dublín, monseñor Dermot Farrell, celebró misa y, en su homilía, pidió a las autoridades que den prioridad al derecho al culto, conforme las medidas del COVID-19 se flexibilicen.
“Por una cuestión de dignidad humana y justicia, pero aún más por una cuestión de bienestar y restauración de la normalidad, pido a las autoridades públicas que garanticen que el deseo legítimo de las personas de reunirse responsablemente y dentro de las pautas razonables para ejercer su derecho constitucional al culto, sea priorizado al momento de flexibilizar las restricciones”.
El 22 de marzo, David Quinn, director del Iona Institute, un grupo de defensa que promueve el lugar del matrimonio y la religión en la sociedad, dijo a CNA -agencia en inglés del Grupo ACI-, que el sacerdote “podría enfrentarse a la cárcel si no paga la multa”
“Si esto sucede, será la primera vez en siglos que un sacerdote en Irlanda sea encarcelado, o incluso multado, por decir misa en público”, aseguró.
Señaló que “esto pone de relieve la naturaleza totalmente injusta y desproporcionada de la situación actual en Irlanda. El culto público ha estado prohibido unos ocho meses dentro de los últimos 12 meses, más que en cualquier otro lugar de Europa”.
“Actualmente, solo un pequeño grupo de países europeos prohíbe el culto público. El resto lo permite, porque una vez que se siguen las medidas de salud, la reunión para el culto es segura. Las autoridades sanitarias y los gobiernos de todo el mundo pueden ver esto, pero no en Irlanda, donde el derecho al culto público se ha reducido a algo secundario”.
*Traducido y adaptado por Cynthia Pérez para ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.