
La noticia que nos llega desde Francia no suele ser muy común puesto que manifiesta como en el país galo se está produciendo un creciente movimiento católico en contra del progresismo desenfrenado que desde hace tiempo se ha impuesto en aquel país.
Explicaremos esto dando algunos antecedentes.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEn la ciudad de Toulouse, un tal François Delaroziere, artista que se las da de intelectual, ha organizado un desfile llamado “La Puerta de la Oscuridad” en el cual se presentan figuras esotéricas y descaradamente satánicas como lo es Lilith inspirada en un demonio de la mitología mesopotámica. Junto a Lilith estarán Ariane (la araña) y Asterior (el minotauro).
El desfile fue programado para realizarse entre el 25 y el 27 de Octubre. Se trata de una segunda edición puesto que la primera se llevó a cabo en 2018 y atrajo a más de 800 mil personas.
Quienes tienen mayores datos afirman que el espectáculo se basa en temas contrarios a la fe cristiana puesto que incluyen representaciones de Satanás, esqueletos y una cruz invertida.
No deja de ser significativo que esta segunda edición de “La Puerta de la Oscuridad” se celebre en vísperas del Halloween.
Extraña costumbre procedente de los países protestantes del Norte de Europa, costumbre que en el momento en que los niños se disfrazan de brujas, vampiros, diablillos y calaveras están recibiendo un mensaje subliminal que los va preparando para recibir enseñanzas esotéricas de corte satánico.
Que nadie se extrañe si muchos de esos niños llegan a sufrir pesadillas nocturnas en las que ven como el Conde Drácula les enseña los colmillos o como una bruja los arrastra por una pierna para echarlos a un caldero de agua hirviendo.
Que nadie se extrañe si muchos de esos niños, al llegar a la adolescencia, pongan en duda los dogmas de la Fe recibida en el Bautismo y que acaben siendo agnósticos.
Nada se hace por casualidad y en el caso que hoy nos ocupa todo parece llevarse a cabo con una precisión matemática y persiguiendo una finalidad muy concreta.
Afortunadamente –y esto es una señal esperanzadora- el arzobispo de Toulouse, monseñor Guy de Kerimel, ha respondido al desfile satánico consagrando su diócesis nada menos que al Sagrado Corazón de Jesús.
Dicha consagración tuvo lugar el pasado 16 de Octubre, fiesta de Santa Margarita María de Alacoque, la mística francesa a quien se le apareció Jesucristo entre 1673 y 1675 para pedirle que difundiera la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Fruto de aquellas apariciones fue que, dos siglos después, en la colina de Montmartre (París) se construyese la imponente Basílica del Sacre Coeur.
Es estos tiempos de tanta gente mediocre y acomodaticia que, con tal de no perder su posición socioeconómica, se lavan las manos ante cualquier ofensa en contra de sus creencias, no deja de ser digna de aplauso la actitud de monseñor Guy de Kerimel.
Misión del buen obispo es dar la voz de alarma ante cualquier amenaza que ponga en peligro la Fe de sus feligreses.
Misión del buen obispo es exponer la sana doctrina, desenmascarar a los enemigos ocultos de la Fe que trabajan ya sea con actitudes heréticas o ya sea propagando costumbres inmorales.
Misión del buen obispo es comportarse como el Buen Pastor que sale en busca de la oveja perdida y, cargándola con amor sobre sus hombros, la trae de vuelta al redil.
Ante lo que acaba de ocurrir en Francia, consideramos que monseñor Guy de Kerimel, arzobispo de Toulouse, es un ejemplo que deben imitar el resto de los obispo.
Ojalá que cunda su ejemplo y que, ante sacrílegas representaciones, que nada tienen de artísticas, el resto de los obispos tengan el valor de alzar su voz denunciando y –de ser posible- consagrando sus diócesis ante la protección de Quien Todo lo puede.
Afortunadamente, en España, tenemos prelado de gran talla espiritual como son los casos de Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española; Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo; José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante y Juan Antonio Reig Pla, obispo emérito de Alcalá de Henares.