Iluminación navideña en Vigo.
Iluminación navideña en Vigo.

En estos últimos días de 2019, el pequeño Efrén García Costas, quien vive en un barrio de Bouzas -en las afueras de Vigo- hizo realidad un viejo sueño: Contemplar su calle adornada con luces de Navidad.

El año pasado le escribió una carta al alcalde de Vigo, Abel Caballero, y éste le respondió alumbrando su calle. Desde luego que es todo un fenómeno sociológico lo que está ocurriendo en Vigo.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Más de diez millones de focos navideños adornan 334 calles. Gracias a esto, el año pasado fueron más de dos millones de personas las que visitaron Vigo sin otra finalidad que admirar el alumbrado.

Y en estos días finales de 2019 se espera superar la cifra alcanzando más de tres millones.

Todo Vigo, «donde vive la Navidad» (según reza el cartel oficial) está profusamente adornado. Derroche de focos multicolores en el gigantesco árbol en plena Puerta del Sol, junto al sireno; derroche en la esfera al principio de la calle de Príncipe; derroche en la Noria que se encuentra en la Alameda, así como en el muñeco de nieve colocado en la calle Rosalía de Castro; de muy buen gusto tanto la casa de Papá Noel como el espacio que hace alusión a la película Frozen II.

Digno de admiración es el Belén monumental que, con la leyenda “misterium natalis”, se presenta en la Casa de las Artes. Y lo más sorprendente del caso es que el ejemplo de Abel Caballero arrastra, especialmente a José Luis Martínez Almeida, alcalde de Madrid, quien se ha propuesto hacer lo mismo en la Villa del Oso y del Madroño.

También en la capital de España se ha producido un auténtico derroche de luces multicolores, así como también se ha presentado un Belén monumental que puede admirarse en la sede del Ayuntamiento (Antiguo Palacio de Correos, frente a la Cibeles)

Una ingente cantidad de dinero es la que Abel Caballero ha gastado al convertir la Navidad en un nuevo símbolo de Vigo.

Y ante quienes le critican el derroche, el alcalde se defiende diciendo que la gigantesca exposición de luces atraerá a miles y miles de visitantes (millones es la palabra adecuada) que, forzosamente, habrán de consumir, con lo cual ayudarán a la economía viguesa.

Repetimos: El año pasado fueron dos millones quienes visitaron Vigo. En este 2019 se espera un millón más.

Ni duda cabe que lo que Abel Caballero ha hecho es una inversión que -según nos dicen- se ha recuperado antes de una semana. Una inversión que atrae turistas que llegan de toda España, que dejan dinero y que le dan un nuevo sello de identidad al puerto del Atlántico.

Sin embargo, nos permitimos hacerle una sugerencia -más bien le llamaremos consejo- al Señor alcalde.

¡Magnífico que Vigo se vea tan estupendamente iluminado! Nada tenemos que objetar, especialmente si ello sirve para reactivar la economía.

Ahora bien, Señor alcalde: De todo ese dinero invertido proveniente de las arcas del Ayuntamiento… ¿No sería prudente apartar un veinte por ciento?

Sí, un veinte por ciento que -en estos días fríos y lluviosos- bien podría ser destinado a acondicionar un terreno de medianas dimensiones donde se diese albergue y comida gratuita a tanto menesteroso que anda deambulando por las calles.

Sin que Vigo -y, por supuesto, también Madrid- dejasen de estar iluminados, con tan sólo una quinta parte de esa millonada que se ha destinado a los adornos navideños mucho se podría ayudar a que no pasen frío, a que puedan comer como Dios manda y a que duerman bajo techo tantos infelices que lo único que tienen es miseria.

Ojalá que Abel Caballero (y también Martínez Almeida) tomasen en cuenta esta sugerencia y, de ese modo, contribuyan a darle un toque más humano a estas fiestas navideñas.

Unas fiestas que -vale la pena recordarlo- giran en torno a una humilde familia de Nazareth que también en esta época pasó mil calamidades buscando un lugar donde pasar la noche.

Nadie les hospedó. Se vieron obligados a refugiarse en un establo donde nació su pequeño hijo y al nacer aquel Niño tan esperado, aquella noche pasó a ser LA NOCHE MAS VENTUROSA.

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