Este 22 de agosto la ONU celebra por primera vez el Día Internacional en Conmemoración de las Víctimas de actos de violencia basados en la religión o las creencias, un día establecido por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a finales de mayo, tras una proposición presentada por Polonia con el apoyo de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Egipto, Irak, Jordania, Nigeria y Pakistán.
La iniciativa de establecer un día mundial de las Víctimas de violencia contra la religión fue iniciada y llevada a cabo por Ewelina Ochab, abogada, autora y coautora de varios libros y artículos sobre la libertad religiosa.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraPara la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que lleva 70 años trabajando por los cristianos que sufren persecución por su fe, este “es un paso importante para que en el futuro se escuche más la voz de los cristianos perseguidos”, afirma Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo internacional de ACN. “Estamos muy satisfechos. Lo esperábamos desde hacía mucho tiempo”.
Según datos del Informe Libertad Religiosa en el Mundo, editado por ACN, el 61% de la población mundial vive en la actualidad en países donde no hay libertad religiosa, se discrimina y persigue a causa de la religión. Por otro lado, aunque “todas las comunidades religiosas sufren regularmente agresiones, los informes internacionales sobre la libertad religiosa confirman desafortunadamente que los cristianos son los más perseguidos”, apunta Heine-Geldern.
Pakistán teóricamente reconoce la libertad de religión y la igualdad entre los ciudadanos, pero en la práctica hay mil impedimentos para que se pueda vivir esta libertad
Dos de los países que apoyan esta iniciativa, Nigeria y Pakistán, padecen un nivel de persecución religiosa a los cristianos muy alta, según denuncia el observatorio internacional Open Doors, pero en el caso de Pakistán están buscando la vía para poner en práctica reformas, tras décadas de conflictos a nivel interno y de influencia de los Talibanes.
Pakistán es un país de abrumadora mayoría musulmana: de sus 212 millones de habitantes, los cristianos apenas son 3 millones, divididos a partes iguales entre católicos y protestantes. No son ni un 2% de la población.
El país tiene una Constitución que reconoce la libertad de religión y la igualdad entre los ciudadanos, pero en la práctica hay mil impedimentos para que se pueda vivir esta libertad. A esto hay que sumarle una draconiana Ley de Blasfemia que mantiene a cientos de cristianos presos en Pakistán, y que mantuvo casi 9 años a Asia Bibi en el corredor de la muerte, antes de que el Tribunal Supremo del país revisara su caso y la liberara, tras años de presión internacional.
Ahora, un encuentro de representantes de comunidades religiosas minoritarias ha hecho llegar al Primer Ministro y a las autoridades una lista de reclamaciones conjuntas. Cristianos, hindúes, sijs y otras comunidades han firmado estas reclamaciones.
La abogada católica Tabbasum Yousaf explica a la agencia Fides que “los miembros de las minorías religiosas estamos contribuyendo fuertemente al desarrollo de Pakistán. Queremos centrarnos en las cuestiones relacionadas con nuestra libertad, nuestros derechos humanos fundamentales, prejuicios y discriminación existente especialmente contra personas de minorías religiosas así como las conversiones forzadas de mujeres de minorías religiosas”.
El padre Saleh Diego, vicario general de la archidiócesis de Karachi y director diocesano de la Comisión Nacional Justicia y Paz, recuerda que las minorías religiosas en Pakistán cuentan con una jornada específica para ellas, el 11 de agosto, por decisión en 2010 del entonces ministro federal para las minorías religiosas, el católico Shahbaz Bhatti, que fue asesinado el 2 de marzo de 2011.
En Nigeria el caso del secuestro de Leah Sharibu sigue abierto. La joven fue secuestrada por terroristas islámicos de Boko Haram el 19 de febrero de 2018 con niñas de su aldea, y desde entonces permanece en cautiverio porque se ha negado a convertirse al Islam.