El padre Benoka, perseguido por el IS, advierte de la peligrosa islamización en Europa

El religioso explica su opinión del Estado Islámico y detalla cómo es la vida de los más de 120.000 cristianos refugiados en el Kurdistán iraquí, que se vieron obligados a abandonar sus casas por la persecución a la que les sometieron.

0

El padre Behnam Benoka es un sacerdote iraquí de la diócesis siro-católica de Mosul (Irak), aunque actualmente vive en Ankawa, en el Kurdistán, junto con los miles de cristianos perseguidos de la llanura de Nínive.

Son más de 120.000 cristianos los que tuvieron que huir en agosto de 2014 de sus ciudades de origen, dejando todo atrás. Aceptaron perder todo lo que tenían con tal de no renunciar a su fe. Y así continúan. Su vida sigue en los campos de refugiados, aunque cada día que pasa se vuelve más dura y difícil.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.

Suscríbete ahora

Desde entonces, el sacerdote no ha dejado de trabajar para cubrir las necesidades más básicas de los cristianos refugiados y dar a conocer la terrible situación a la que se enfrentan. En una entrevista concedida para “Tras las huellas del Nazareno”, cuenta los retos cotidianos que viven en el campo de refugiados. 

El religioso también ha querido lanzar un mensaje a Occidente: debemos defender la cultura Europea frente a la peligrosa y progresiva islamización.

“Lo primero que debéis hacer es proteger vuestras casas, vuestra ciudad y vuestra cultura. Pensar en los miles de personas que llegan a Europa, en las que ya están allí y que no traen la cultura europea. ¿Qué será dentro de unos años de ella? Irak era de mayoría cristiana, como España, Italia o Alemania… Ahora somos una pequeñísima minoría.

Somos considerados como nada. En la Constitución ni siquiera se nos tiene en cuenta. Imaginemos que un día Europa tiene una mayoría islámica. Deberéis vivir y obedecer una Constitución que no es parte de la cultura europea. Todos los países hoy considerados islámicos y árabes, antes no eran árabes ni islámicos”.

“Muchos occidentales consideran al IS como yihadistas y no. Son gente común que quieren imponer la ley de vivir según la ley islámica. Cogen a Mahoma como ejemplo de vida».

El padre Benoka explica que los cristianos de Mosul se vieron obligados a abandonar sus propiedades para refugiarse del brutal ataque que comenzaron a recibir por parte del Estado Islámico. De ellos considera que no son más que musulmanes normales.

“Muchos occidentales consideran al IS como yihadistas y no. Son gente común que quieren imponer la ley de vivir según la ley islámica. Cogen a Mahoma como ejemplo de vida. Son musulmanes normales que cuando hablan o hacen cualquier cosa lo hacen basándose en el Corán”.

Por ello, el padre Benoka afirma: “rezo por los cristianos de Europa, para que puedan defender su cultura y su identidad cristiana”.

La vida como cristiano refugiado

El religioso explica que muchos de los cristianos que abandonaron su ciudad no sólo dejaron atrás sus propiedades, dejaron su historia. Además de este dolor por la pérdida de su vida, se sintieron traicionados por los que consideraban sus amigos musulmanes.

Y es que muchos de ellos les llamaron después de su desplazamiento para reírse de que habían entrado en sus casas y que se estaban repartiendo sus propiedades.

El sacerdote cuenta que más de 5.000 familias viven en casas alquiladas, que pagan por su cuenta. “Pero se están quedando sin dinero”, explica el sacerdote. Y añade que la situación no puede mejorar, porque aunque buscan trabajo para poder mantener a sus familias, las posibilidades de encontrarlo son mínimas. Y es que el Kurdistán ha recibido a casi un millón y medio de refugiados sirios.

“Al principio el gobierno daba gratuitamente medicinas o contribuía a que pudiéramos adquirirlas. Desde hace dos meses, han quitado esta ayuda”, explica el sacerdote.

La iglesia ayuda a las familias entregándoles alimentos, pero no resulta suficiente para que puedan aguantar todo el mes. No tienen suficiente dinero para pagar el transporte y que los ninos vayan al colegio. Tampoco para afrontar emergencias sanitarias. “Al principio el gobierno daba gratuitamente medicinas o contribuía a que pudieran adquirirlas. Desde hace dos meses, han quitado esta ayuda”, continúa el sacerdote.

Además, cuenta que miles de familias viven apiñados en una container, “familias de cuatro hasta diez miembros”. Pero las condiciones de otras tantas que viven en casas alquiladas por la iglesia tampoco son mejores: “En casas de tres habitaciones, cada familia vive en una habitación. Allí hacen vida matrimonial, vida de escuela, tienen a sus enfermos, reciben huéspedes, hacen la comida… Esto trae una serie de problemas que, al final, tienen consecuencias negativas sobre la persona humana, especialmente en los ninos”.

El padre Benoka explica que los que más sufren las consecuencias de estas malas condiciones de vida son los ninos y por ello, también intentan ayudarles, aunque no tengan ningún recurso económico que ofrecerles. “Tratamos de garantizar un poco de libertad en la vida cotidiana: algún campo de fútbol, espacios para actividades deportivas o educativas” explica el sacerdote.

El padre Benoka señala que en los campos cristianos no hay muchos problemas: “Yo creo que esto es gracias a la fe que tenemos, también gracias a la actuación de la iglesia al servicio de sus fieles”

El sufrimiento de las familias supone una carga física y moral para los padres, que no saben qué futuro van a poder ofrecer a sus hijos, pero su fe cristiana no decae.

Benoka explica que hace unas semanas, los miembros de una organización internacional le confesaron que han visitado campos de refugiados sunitas, chiitas, yazidies y cristianos, pero “ven una diferencia en el modo de comportarse de estos últimos. En otros campos tienen problemas de crímenes, muchos problemas muy graves”.

El padre Benoka señala que no es que en los campos cristianos no haya problemas, pero no son tan graves: “Yo creo que esto es gracias a la fe que tenemos, también gracias a la actuación de la iglesia al servicio de sus fieles”.

«La iglesia no es una institución perfecta. Somos hombres y tenemos nuestros fallos, pero lo que ha hecho que nuestra gente se fíe totalmente de nosotros es que nosotros no hemos querido ni queremos dejarles solos”

En este sentido, el sacerdote explica que han tenido que construir varias iglesias en containers ya que “todo el mundo quiere ir a la iglesia. Hemos procurado asegurar la misa dominical y la diaria. Los religiosos estamos presentes en los momentos difíciles de la vida de los desalojados. Cuando tienen problemas familiares no acuden a la policía, vienen a nosotros para resolver pacíficamente los problemas. Esta es la situación de nuestro campo”.

Sin embargo, añade que “la iglesia no es una institución perfecta. Somos hombres y tenemos nuestros fallos, pero lo que ha hecho que nuestra gente se fíe totalmente de nosotros es que nosotros no hemos querido ni queremos dejarles solos”.

Comentarios

Comentarios