Cumpliendo con una secular tradición, el pasado 12 de febrero, monseñor José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante, entró en su diócesis subido encina de una mula blanca llamada “Bartola”.
En medio del júbilo popular, el obispo que se ha hecho famoso por sus intervenciones en RADIO MARIA fue recibido con un entusiasmo muy parecido con el que se recibió a Cristo el Domingo de Ramos.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraA quienes deseen contemplar tan emotiva ceremonia, con mucho gusto, les enviamos la liga de un evento que no dura más de cuatro minutos y que vale la pena disfrutarlo.
Días antes, la misma diócesis había compartido una entrevista que le hizo al su nuevo obispo.
Una entrevista de la cual destacamos el siguiente párrafo:
“…es importante que asumamos que se acercan tiempos de persecución hacia la Iglesia, en la medida en que nos resistamos a la imposición del pensamiento único dominante. El pensamiento cristiano siempre ha sido contracultural, pero hoy lo es de manera especial…Todo aquel que denuncie con vigor la actual agenta antinatalista y anti-familia va a ser atacado por tierra, mar y aire…Tenemos que asumir que esto va a ser así, sin permitir que el miedo nos silencie”
Con el debido respeto que nos merece monseñor Munilla, diremos que disentimos en lo que afirma.
Y disentimos porque no estamos de acuerdo en que se acercan tiempos de persecución hacia la Iglesia sino que esos tiempos se iniciaron ya hace décadas, especialmente desde que sujetos radicales del PSOE así como sujetos acomodaticios del PP empezaron a desgobernar España.
Desde entonces, no solamente por medio de una legislación abiertamente hostil sino echando mano de diversos medios de comunicación social (prensa, radio, cine, televisión y digitales) se han dedicado a difamar y propagar una serie de conductas antisociales que derivan siempre en ataques a la religión.
Todo un bien pensado proceso descristianizador que se ha ido dando a base de programadas etapas que enumeramos a continuación:
PRIMERO: Se empieza por arrinconar la Fe en los templos y en las escuelas.
SEGUNDO: Se continúa legislando para que desaparezcan los símbolos religiosos en los edificios públicos.
TERCERO: Se ridiculiza la Fe en prensa, radio, cine, teatro, televisión y modernos medios digitales.
CUARTO: Se difunde la idea de que los católicos –por oponerse a estas medidas- van contra el progreso, razón por la cual son elementos nocivos a los que hay que exterminar.
QUINTO: Lo anterior trae como consecuencia que se ridiculice a los practicantes.
SEXTO: Después de haberlos ridiculizado, seguirán los insultos.
SÉPTIMO: Y todo para culminar con agresiones físicas que pueden ser contra templos, sacerdotes o personas piadosas.
Eso sin contar que las leyes actuales castigan con penas severísimas a quienes se atrevan a rezar en frente a los abortorios, que si rezan allí es con el fin de desanimar a las madres que piensan abortar.
¿Dónde quedó el respeto a la libertad de creencias y de opinión consagrados en la Constitución del 78?
¿Por qué se castiga como si fuesen delincuentes a quienes, fieles a su religión, pretenden salvar vidas?
No hay duda, los tiempos de persecución contra la Iglesia hace ya mucho que se iniciaron.
No obstante, mientras existan prelados valientes y de buen criterio como don José Ignacio Munilla podemos tener la tranquilidad de que, ya sea por RADIO MARIA o ya sea por cualquier otro medio, tan ejemplar sucesor de los Apóstoles hará escuchar su voz en defensa no solamente de la fe católica sino también de la Justicia.