Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) considera que, además de por los ataques mortales contra los cristianos, en especial en África, el año 2020 se caracteriza por el deterioro del libre ejercicio de la libertad religiosa en todo el mundo debido a la pandemia por coronavirus.

«La pandemia del coronavirus y sus consecuencias han debilitado aún más el derecho humano a la libertad religiosa en algunos lugares, muchos cristianos acosados han recorrido un auténtico vía crucis de pobreza, exclusión y discriminación durante este año», señala Heine-Geldern, que subraya que África «se ha convertido una vez más en un ‘continente de mártires’ en 2020».

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La pandemia ha afectado en especial a los cristianos que constituyen minorías religiosas en países donde ya sufren discriminación o persecución por su fe como en Pakistán o la India. «Hemos recibido muchas llamadas de auxilio de numerosas iglesias locales, desesperados gritos de socorro«, relata el presidente de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

«Precisamente en esos lugares, la Iglesia es a menudo el único refugio cuando fallan las instituciones públicas. Por eso, hemos apoyado el servicio sacrificado de religiosas, sacerdotes y religiosos con ayudas para su sustento en todo el mundo como, por ejemplo, en Ucrania, la República Democrática del Congo o Brasil», puntualiza en una entrevista publicada en ANC Internacional.

El responsable de la fundación pontificia se muestra especialemnte preocupado por la zona africana del Sahel y Mozambique, «donde el extremismo religioso y la presencia de violentos islamistas radicales van en aumento, destruyendo la coexistencia anteriormente pacífica entre cristianos y musulmanes para obtener recursos y poder».

Heine-Geldern también muestra su preocupación por Nigeria, donde los secuestros de cristianos a manos de grupos islamistas están a la orden del día: «En este país, tan importante para todo el continente, el terror y la muerte se abaten como una sombra oscura sobre toda la población. No debemos dejarlos solos», enfatiza.

Funeral del seminarista Michael Nnadi asesinado en Nigeria / ACN

Oriente Próximo, preocupación y esperanza

Respeto a la siempre convulsa situación de Oriente Próximo, Ayuda a la Iglesia Necesitada denuncia que «muchos cristianos todavía se sienten inseguros y piensan en emigrar, pues la situación económica y política no les inspira confianza» y que «el peligro del yihadismo tampoco ha quedado desterrado».

La situación del Líbano es especialmente preocupante porque «siempre ha sido refugio y apoyo para los cristianos» de la zona y ahora se encuentra en una profunda crisis. Sin embargo, también hay motivos para la esperanza por la vuelta de cristianos a la Llanura del Nínive, en Irak. «la anunciada visita del Papa a Irak a principios de marzo es un gran rayo de esperanza. Nosotros le estamos inmensamente agradecidos al Papa por su propósito de visitar a los cristianos en Irak, porque ellos le necesitan», enfatiza Heine-Geldern.

En Asia, la mayor amenaza para los cristianos son «los movimientos nacionalistas y los sistemas de gobierno autoritarios» con especial preocupación por la India y China, ejemplos de cada una de estas dos amenazas.

Ayuda a la Iglesia Necesitada también ha visto afectada su labor por el coronavirus, de tal forma que no ha podido publicar su informe sobre la libertad religiosa en el mundo que deberá esperar a la primavera de 2021.

Sin embargo, Heine-Geldern expresa con claridad que «la situación de la libertad religiosa no ha mejorado sino que ha empeorado en todo el mundo. En 2020, gracias a Dios, no hubo ataques tan masivos contra los cristianos y otros grupos religiosos como en 2019, pero hay mucha discriminación y persecución que permanecen ocultas o a las que la comunidad internacional presta demasiado poca atención».

En concreto, alerta de que en numerosos países del mundo, particularmente en Europa «donde no hay una persecución oficial, está surgiendo un resentimiento cada vez mayor hacia las personas religiosas».

En general, dos son los frentes contra la libertad religiosa a los que están expuestos los cristianos: «uno quiere destruir las raíces cristianas y crear una sociedad puramente individualista sin Dios y el otro intenta radicalizar a la gente e imponer por la fuerza un sistema islamista fundamentalista sembrando el terror y la violencia,  abusando del nombre de Dios y de la religión».

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