La Comisión Europea presidida por Ursula von der Leyen ha decidido eliminar la figura del enviado especial para la libertad religiosa que ostentaba el eslovaco Ján Figel desde el mes de mayo del año 2016 y que había sido renovado en sus atribuciones a principios de 2019, pero que expiró el pasado mes de diciembre.
Cuando se anunció la creación de esta figura en el mismo Vaticano, con motivo de la imposición del Premio Carlomagno al Papa Francisco, el entonces presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, aseguró que la libertad religiosa «es un principio inherente a la fundación de la Unión Europea. La permanente persecución de las minorías religiosas y étnicas hace aún más esencial la protección y promoción de esta libertad dentro y fuera de la UE».
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Suscríbete ahoraA Figel se le atribuye el impulso en la apertura de oficinas dedicadas a la protección de este derecho básico en países como Gran Bretaña, Dinamarca y Alemania e incluso la cristiana pakistaní Asia Bibi, agradeció su labor para permitirle vivir en libertad después de ser exonerada de una condena a muerte por un falso delito de blasfemia contra el Islam que la mantuvo 9 años en prisión.
El Observatorio sobre la Intolerancia y la Discriminación contra los Cristianos en Europa ha denunciado la decisión de la Unión Europea al tiempo que ha ensalzado el trabajo realizado por Figel. Según ha declarado a Church Times la directora de esta institución, Ellen Fantini, «el enviado especial ha desempeñado un papel inconmensurable para arrojar luz sobre los abusos contra los derechos humanos y facilitar el diálogo en países donde la persecución religiosa es más grave».
Por su parte, la presidenta del Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia en España, María García, considera que con esta decisión «la unión Europea demuestra que no le interesa la libertad religiosa, que es el derecho fundamental que reconoce lo más íntimo de la persona que son sus creencias y su conciencia».
«Cunado hay millones de personas perseguidas por sus creencias en el mundo, sobre todo cristianos, la Unión Europea decide no renovar este puesto y olvidarse de todos ellos. Es un signo de ‘ombliguismo’ que nos lleva a mostrar nuestra tristeza por esta decisión»
La figura del enviado especial de la Unión Europea para la libertad religiosa estuvo cuestionada en 2019. En aquella ocasión la plataforma MasLibres.org organizó una campaña de apoyo y se reunió con varios miembros de las instituciones europeas para lograr la prórroga del mandato.