Hoy te quiero contar la historia de Benjamin, cristiano perseguido iraní que ha huido a Europa. Aquí, está recibiendo la ayuda de la Misión Emmanuel.

Solo te pido que medites y compartas su historia con tus contactos:

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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“Mi nombre es Benjamin, tengo 22 años y soy de Irán, un país que es una dictadura. Todo allí es dictatorial.

Cuando me convertí de musulmán a cristiano, cuando comprendí verdaderamente a Dios, la policía coránica de Irán hacía de mi vida un infierno. Si no te matan, te ponen multas y te obligan a pagar mucho dinero con multas y castigos. Si no las pagas, te meten en prisión y allí vuelven a hacer de tu vida un infierno, te pegan… No tienes vida solo porque cambiaste de religión.

En Irán la Biblia está prohibida. Si tienes una Biblia, y la policía coránica te la ve, te la quita. Irán es un país rico pero la gente no es feliz. Si yo volviese a Irán me matarían.

Yo no creo en el Islam porque es falso. Eso no es de Dios. Por eso me han denunciado muchas veces en Irán y me han perseguido. Y por eso me tuve que ir como refugiado a otro país, porque ya no podía seguir viviendo en Irán. Tuve que pagar mucho dinero en multas y hacían de mi vida allí un infierno.

Veía en muchas películas de Hollywood y otros países que se hablaba de Jesús y se le rezaba a él, no a Alá. Así, empecé a preguntarme quién era Jesús y quién era realmente Dios. Después, en el conservatorio de Teherán, donde tocaba el piano, mi profesora era cristiana. Vi una Biblia en el despacho de mi profesora y le dije que tenía una gran pregunta en mi cabeza, que necesitaba que me diese información sobre Jesús. De primeras no me dijo nada, porque en Irán, si la policía se entera de que un profesor está tratando sobre este tema, le detienen. Pero después ella entendió que yo tenía mucho amor hacia Jesús, y me enseñó todo sobre Jesús. Me dio una Biblia y cada día me enseñaba un poco más. Jesús vino directamente a mí.

Cuando dije en mi familia que era cristiano, fue una locura, muy estresante. Todo el mundo en mi familia se mofaba de mí. Me decían si era una broma, que Jesús no era el verdadero Dios. Yo respondía que no, que Jesús sí era el verdadero Dios.

Mi familia se enfadó conmigo y dejó de hablarme. Hasta pasados uno o dos años, no volví a tener contacto con ellos.

Años antes, mi madre se había marchado a Inglaterra para buscar una nueva vida, y se había convertido al cristianismo, pero yo no lo sabía, me enteré cuando llegué a Europa. Entonces ya sabía que Jesús era el verdadero Dios.

Hay muchos cristianos en Irán, pero tienen miedo de decir que lo son, ya que si la policía les descubre les mata o les encarcela.

He conocido muchos iraníes que se convirtieron una vez salieron del país, ya que en Irán hubieran tenido muchos problemas.

A los gobernantes de la Unión Europea, les diría que ayuden a los cristianos de países como Irán, Pakistán o Afganistán. Muchas personas están muriendo cada día por ser cristianos. La gente tiene que ser libre para vivir. Solo les pediría a los gobiernos que les ayuden”.

Gracias por compartir la historia de Benjamin. Los cristianos perseguidos merecen el apoyo y la oración de los cristianos de Occidente. No les dejemos solos.

María García Ayuela, Observatorio de la Libertad Religiosa

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