
Este domingo 2 de septiembre la Iglesia Católica vivirá una jornada histórica con la canonización de un personaje clave en la historia del siglo XX: Agnes Gonxha Bojaxhiu (1910-1997), mundialmente conocida como la Madre Teresa de Calcuta.
Cuando aún no se han cumplido veinte años de su muerte esta pequeña religiosa con la energía de un gigante será declarada santa en una ceremonia presidida por el Papa Francisco. Fundó las Misioneras de la Caridad y dio la visibilidad a los últimos de los últimos, tantos pobres olvidados en todo el mundo a los que ella cuidaba como si del propio Jesucristo se tratara.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraPero más allá de su vocación de servicio había una personalidad arrolladora, que conseguía todo lo que se proponía para ayudar a ‘sus’ pobres. Y le daba igual si eran reyes, caciques, presidentes o el mismo Papa. Estos son algunos aspectos de la vida que reflejan cómo era y cómo vivió la santa de los pobres:
1. Dio plantón a dos Papas
La Madre Teresa era una mujer de gran espiritualidad y que veía realmente en los demás, especialmente en los pobres y moribundos, a Jesucristo. Y por ello, éstos eran siempre los primeros, motivo por el cual llegó a plantar a dos Papas, que evidentemente no se lo tuvieron en cuenta.
En 1964, el Papa Pablo VI estaba en Bombay para el Congreso Eucarístico Internacional y la Madre Teresa estaba invitada a la apertura de este importante evento. De camino, ella encontró junto a un árbol a dos moribundos, eran marido y mujer. Se detuvo y se quedó con ellos hasta que él murió. Más tarde, cargó con la mujer en brazos y la llevó a una de las casas de la congregación. Cuando quiso darse cuenta el acto con el Papa ya había concluido.

Algo similar le ocurrió con Juan Pablo II. El que fuera confesor de Madre Teresa, John Esseff, relató cómo llegó tarde a un encuentro en el Vaticano con el Papa por atender a un hombre moribundo. Cuando le vio se bajó del coche y se puso a atenderle mientras las hermanas se ponían nerviosas porque llegarían tarde. Ella les dijo: “Vayan ustedes y tomad mi lugar. Estoy con Jesús. Díganle al Papa que lo siento pero que estoy aquí con Jesús”.
2. El rapapolvo al comunista Daniel Ortega
Monseñor John Essef también relató cómo puso en su sitio al dirigente de Nicaragua, Daniel Ortega, cuando la religiosa acudió al país tras un terremoto. En su encuentro, el líder comunista dio un mitin marxista mientras increpaba a su gran enemigo, el entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan.
Así lo relataba el confesor de la aún beata: “La Madre Teresa estaba parada escuchando y entonces ella le dijo: ‘el presidente Reagan en verdad necesita oraciones ¿no?’. Ortega respondió: ‘claro que sí’. Entonces ella dijo: ‘Usted también las necesita porque he hablado con su esposa y usted es católico, ¿no?’. Él dijo que sí lo era y entonces ella añadió: “Tú no has bautizado a tus hijos y en verdad no puedes gobernar un país a menos que gobiernes tu casa. Bauticemos a sus hijos y yo seré su madrina y eso lo haremos ahora mismo”.

3.»Esto no lo haría ni por un millón de dólares»
Una de las anécdotas más conocidas de la Madre Teresa y que ejemplifica su entrega a los demás se produjo con un periodista estadounidense. Este reportero la observó atendiendo a un enfermo con heridas pestilentes y dijo que él no haría eso ni por un millón de dólares. Esta fue la respuesta de la religiosa: “Por un millón de dólares tampoco lo haría yo”…sino por «Jesús».
4. Modificó las costumbres de los Premio Nobel
En el año 1979 la Madre Teresa fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz por su labor con los pobres. Al recoger el premio afirmó: “Personalmente, no lo merezco. Sólo he procurado ser una gota de esperanza en un océano de sufrimiento. Pero si esta gota no existiese, el mar la echaría en falta”.
En Oslo, ciudad en la que se entregaba el premio, la gente salió a la calle a recibirla pero ella sólo tenía en mente a sus moribundos y estaba empeñada en ayudarles. Y así pasó en los Nobel donde consiguió convencer a los organizadores de la ceremonia para que renunciasen a la clásica recepción y le entregaran ese dinero para los pobres.
Madre Teresa: «Por mi vocación pertenezco al mundo entero pero mi corazón pertenece por completo a Jesús»
5. Era también ciudadana estadounidense
La Madre Teresa no se sentía atada por las fronteras a pesar de que amaba a su tierra así como al país que la acogió para siempre. Y es que nació en 1910 en el entonces Imperio Otomano y que es ahora Macedonia. Era de origen albanés y amaba a la India, el país en el que pasó la mayor parte de su vida. Pero su patria era otra. “Por sangre y origen soy albanesa. Por mi vocación pertenezco al mundo entero pero mi corazón pertenece por completo a Jesús».
Pero además en 1996, un año antes de su muerte, Estados Unidos quiso reconocer su labor e hizo algo muy poco frecuente: nombrarla ciudadana honoraria del país y concederle la nacionalidad estadounidense.
6. Una irónica lección a los católicos “progresistas”
En el seno de la Iglesia también hubo personas que no veían con buenos ojos a la fundadora de las Misioneras de la Caridad. En pleno auge de la teología de la liberación inspirada en el marxismo Teresa luchaba por los pobres sin salirse del Evangelio. Y en esos momentos hubo también quien malinterpretó el Concilio Vaticano II, como ocurrió en esta anécdota.
Un teólogo visitó a las hermanas y pensaba que los enfoques pastorales de la Madre Teresa eran ancestrales. Antes de irse se lo dijo: “Lo que están haciendo ustedes es admirable, pero teológicamente están hace doscientos años”. Y ella con su particular estilo le replicó: “Peor aún. En hace dos mil años”.
«El mayor regalo que Dios le ha dado a nuestra congregación es luchar contra el aborto mediante la adopción”
7. “El aborto, la mayor amenaza para la paz”
Madre Teresa era una provida convencida y siempre se manifestó contra el aborto, incluso delante de Bill Cinton y la ahora candidata Hillary, peligrosa abortista. “La amenaza más grande que sufre la paz hoy en día es el aborto, porque el aborto es hacer la guerra al nino, al nino que muere a manos de su propia madre. Si aceptamos que una madre pueda matar a su propio hijo, ¿cómo podremos decir a otros que no se maten? Como siempre, hay que hacerlo con amor y recordar que amar significa dar hasta que duela”, afirmó delante de ellos.

Muchos no le han perdonado este posicionamiento tan claro y parte de la izquierda mundial la tachó de intransigente. Sin embargo, ella seguía a lo suyo y afirmaba en otra ocasión que “el mayor regalo que Dios le ha dado a nuestra congregación es luchar contra el aborto mediante la adopción”.
8. Firme defensora de la familia
De vivir hoy, sin duda, esta pequeña religiosa sería la más firme opositora a todas aquellas ideologías que quieren destruir la familia. En todo momento hablaba de la familia y del amor esponsal, sin el cual no se podría hacer nada. “La paz y la guerra empiezan en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias. Si precisamos sembrar alegría alrededor nuestro, precisamos que toda la familia viva feliz”, afirmaba.
Y además daba una clave para los tiempos de hoy: “Creo que el mundo de hoy se encuentra patas arriba. Hay mucho sufrimiento porque hay poco amor en el hogar y en la vida familiar. No tenemos tiempo para nuestros ninos, no tenemos tiempo para dedicarlo el uno al otro, no queda tiempo para disfrutar”.
9. Beatificada en tiempo récord
Teresa de Calcuta fue beatificada el 13 de octubre de 2003 por Juan Pablo II, seis años y dos meses después de su muerte convirtiéndose en la beata más rápida de la Iglesia moderna hasta que fue superado por su querido Papa polaco, que batió ese récord por un mes en 2011.
El proceso de beatificación de la Madre comenzó dos años después de su muerte gracias a una dispensa papal para no tener que esperar a que transcurrieran cinco años desde su deceso, como establece el Derecho Canónico. Y este domingo subirá un peldaño más hasta la santidad.

10. El milagro que la ha llevado a los altares
Para poder ser declarado santo se necesita un milagro y el que llevará a Teresa de Calcuta a los altares se produjo en Brasil y tuvo como protagonista a un ingeniero mecánico llamado Marcilio Andrino, que llegó a estar en coma por abscesos cerebrales y por hidrocefalia.
Él y su esposa Fernanda se encomendaron a la Madre Teresa en 2008 y cada noche colocaban una reliquia de la entonces beata en la cabeza de Marcilio mientras rezaban una oración. Y justo antes de la operación a vida o muerte ocurrió el milagro.
“Aquella noche dormí muy bien. Después descubrimos que los abscesos se habían reducido en un 70%, y que la hidrocefalia había desaparecido. A los tres días hicimos más análisis: no había ningún rastro de los abscesos”.