
Monseñor Thomas Mirkis es el arzobispo de Kirkuk, en Irak, una diócesis que se encuentra a escasos kilómetros de la zona controlada por el Estado Islámico. Sin embargo, la cercanía de los yihadistas no es ningún impedimento para que el arzobispo católico siga prestando ayuda a los cristianos perseguidos por el IS.
El prelado ha puesto en marcha dos iniciativas para ayudar a los cristianos que han decidido quedarse en el país: construir un hospital y una universidad. El arzobispo quiere cuidar la salud de los perseguidos y ofrecerles una preparación competente hasta convertirlos en los mejores profesionales de Irak. Y una parte de este logro se ha conseguido gracias a los donativos que ha recibido de Maslibres.org
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl hospital está construido junto a la catedral de Kirkuk y tiene que ser protegido por el ejército para evitar posibles ataques yihadistas. Tanto la catedral como la vivienda del arzobispo y el hospital, están rodeados de alambradas y soldados con ametralladoras que bloquean el paso de los coches, ya que es la única manera de garantizar que no serán atacados por el Estado Islámico.
Gracias a los donativos de tantas personas que defienden la libertad religiosa, el hospital de la diócesis acaba de inaugurar un servicio de odontología. Los voluntarios que acudieron a la zona con Campamento Irak fueron testigos de cómo se deteriora el estado de salud de los refugiados y especialmente en los ninos la salud bucodental.
Gracias a las imágenes llegadas desde Kirkuk se puede ver la manera en la que el obispo Mirkis da forma a la ayuda económica que recibe y que convierte en proyectos que mejoran la calidad de vida de los cristianos perseguidos.
Son refugiados que recuperan su salud, la vista, que pueden volver a comer alimentos y que muestran su agradecimiento con sencillos carteles, después de haber tenido que huir de sus hogares, de haber perdido todo, hace ya más de dos años.

Por otro lado, Monseñor Mirkis está convencido de que la persecución se combate con educación. Por eso, quiere convertir a los cristianos perseguidos de Irak en grandes profesionales capaces de liderar su país.
Para lograr este objetivo, Monseñor Mirkis está haciéndose cargo de los gastos de los 400 estudiantes cristianos que han lograron huir del Estado Islámico. Hoy, están refugiados en Kirkuk y la diócesis les paga sus estudios universitarios, sus carreras, los libros, las matrículas, les facilita pisos donde vivir, comida, gastos de desplazamiento, todo lo necesario para que estudien y se titulen.
Estado Islámico quiere a los cristianos fuera de Irak pero gracias a la ayuda de miles de personas que colaboran con MasLibres.org se pueden hacer posible proyectos como estos, proyectos que ayudan a los refugiados que tienen que enfrentase cada día a numerosos ataques únicamente por ser cristianos.