Técnica del aborto por desmembramiento

El número total de abortos en 2014 fue de 94.796, un 12,8 por ciento menos que en el año anterior, cuando se registraron 108.690 abortos.

Según el informe anual del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad remitido a las comunidades autónomas, en 2014 se realizaron 13.894 abortos menos que al año anterior y la tasa nacional se ha situado en el 10,46 por cada mil mujeres de entre 15 y 44 años.

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Este descenso en el número de abortos se ha registrado en todas las comunidades autónomas menos en Galicia, donde permanece igual, según los centros que han notificado interrupciones voluntarias del embarazo (191 frente a los 198 de 2013).

El mayor número de abortos se ha registrado en Cataluña (12,59 por cada 1.000 mujeres), Madrid (12,58), Asturias (12,70) y Baleares (12,26). Por el contrario, las tasas más bajas las tienen Ceuta y Melilla (3,53), Castilla y León (6,14), La Rioja (6,19), Extremadura (6,22) y Galicia (6,78).

Mientras tanto, el Ejecutivo de Mariano Rajoy sigue esperando tranquilamente cinco años después la sentencia del Tribunal Constitucional, mientras cada diciembre informan sin inmutarse del asesinato de miles de ninos.

La brutal técnica del desmembramiento

Muchos de los bebés que han sido abortados este año lo han sido a través de técnicas sangrientas como el desmembramiento.“No hay nada como imaginarse cómo moriría un ser humano arrancándole sus extremidades para ver lo que es esta práctica”, con estas palabras define Gádor Joya, pediatra y portavoz de Derecho a Vivir, la técnica más cruel y violenta de practicar un aborto que recibe el nombre de desmembramiento o evacuación y dilatación.

Esta práctica, legal en todos aquellos países en los que se practica el aborto, ha empezado a prohibirse en algunos estados de Norteamérica al ser considerada una de las técnicas con las que más dolor percibe el feto, debido al desgarro de las extremidades del resto del cuerpo.

En abril de 2015, Kansas fue el primer estado de EEUU donde se prohibió por ley la práctica de esta técnica. Unos meses después, fue el líder provida en el Congreso de Nueva Jersey, Chris Smith, quien llevó a la cámara de representantes estadounidenses una legislación que prohibirá a nivel nacional el aborto por desmembramiento.

Gádor Joya considera que propuestas como la de Smith y la prohibición en Kansas, demuestran que la sociedad se va concienciando del valor que tiene el feto. “Aunque todavía no hayamos acabado con el aborto, todas las medidas que se tomen van encaminadas a reconocer la humanidad del feto”, asegura la portavoz de Derecho a Vivir.

El abortista utiliza la técnica que considera más adecuada o eficaz, dependiendo de la edad gestacional. La dilatación y evacuación se realiza en países donde el aborto es legal y se practica en el segundo trimestre del embarazo, cuando el feto tiene de 3 a 6 meses.

Los métodos de dilatación y aspiración son los más utilizados en el segundo trimestre del embarazo

Actualmente en España, los métodos de dilatación y aspiración son los más utilizados en ese periodo del embarazo. Ambos métodos presentan riesgos como la perforación uterina, hemorragia o inflamación de la pelvis.

En la dilatación y evacuación, el no nacido es desgarrado del útero miembro a miembro con pinzas de acero, tijeras o instrumentos similares y finalmente muere desangrado. En primer lugar, se separan las piernas y los brazos del resto del cuerpo y luego se hace presión en la cabeza para succionar el cerebro y aplastar el cráneo.

Posteriormente, el médico tiene que reconstruir el cuerpo para asegurarse de que no ha quedado ninguna parte del no nacido en el útero de la madre, de lo contrario ésta puede sufrir una infección.

El grito silencioso

Varios estudios y expertos estadounidenses dicen que el feto en este segundo trimestre empieza a sentir dolor, más exactamente a partir de la semana 20.

Al igual que ocurre con los bebés y los animales, los no nacidos carecen de palabras para expresarnos lo que sienten, pero basta con observar sus gestos para deducir su grito.

El académico John Noonan lo explica en su libro New Perspectives on Human Abortion (“Nuevas perspectivas sobre el aborto en los seres humanos”): “Independientemente del método que se utilice, los ninos están sufriendo el peor de los males corporales, el final de sus vidas. Están pasando por la agonía mortal. A pesar de su precaria existencia, de sus limitadas capacidades cognitivas y de sus rudimentarias sensaciones, están experimentando la desintegración de su ser y la terminación de sus capacidades vitales. Esta experiencia en sí es dolorosa”.

Es sorprendente o paradójico que en muchos países se proteste cuando se llevan a cabo prácticas salvajes con animales e incluso se creen leyes para mitigar el sufrimiento de éstos, mientras se está acabando de manera tan violenta e impune con la vida de muchos seres humanos.

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