El Comité de Asuntos Legales y Sociales del Parlamento del estado australiano de Victoria, integrado por representantes de todos los partidos, ha emitido un informe pionero en el país titulado Investigación sobre las opciones al final de la vida (texto íntegro, aquí, en inglés), recomendando la legalización de la eutanasia.
Fruto de los trabajos realizados en los últimos 10 meses, el extenso informe reserva el asunto para el final. Tras formular 48 recomendaciones sobre el final de la vida y sus cuidados, concluye sin dejar lugar a dudas sobre la pretensión de convertir a Victoria en el primer estado australiano en legalizar este tipo de práctica eutanásica:
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Suscríbete ahora«Que el Gobierno de Victoria introduzca un marco jurídico que establezca la muerte asistida, mediante la promulgación de leyes basadas en el marco de la muerte asistida que se describe en este informe», se señala.
La solicitud debe venir del paciente “en las semanas o meses finales de su vida”
La recomendación se sigue de un anexo que esboza un marco para proceder a la muerte asistida, incluyendo los criterios de autorización y un sistema propuesto para su supervisión y revisión. Así, señala que sería aplicable a personas de más de 18 años, que sufran de una enfermedad “grave e incurable” que se encuentren «al final de su vida”.
Según estipula el Comité encargado de estudiar la cuestión, la solicitud debe venir del paciente “en las semanas o meses finales de su vida” y ser aprobada por un médico de atención primaria y otro independiente de secundaria.
Un médico prescribiría el fármaco letal, que el paciente tomaría sin ayuda adicional, a menos que fuera físicamente incapaz. Para proteger a los médicos que ejerciten esta práctica, se insta además a modificar la vigente Ley contra la Delincuencia.
El Gobierno estudiará la propuesta
El Gobierno de Victoria dispone ahora de seis meses para responder si lo toma en consideración. El primer ministro, el laborista Daniel Andrews, católico practicante y crítico con la iniciativa, ha declarado que lo estudiará, aunque advirtiendo de que se trata “de un campo obstruido con puntos de vista personales profundamente arraigados”, aludiendo a su personal experiencia por la reciente pérdida de su padre tras una larga batalla contra el cáncer.
También la diputada demócrata-laborista Rachel Carling-Jenkins se ha mostrado contraria a la reforma legal, aduciendo que “las leyes muerte asistida en otras jurisdicciones ha sido un fracaso».
Rodney Syme, vicepresidente de la asociación proeutanasia, Muerte Digna Victoria, se ha declarado «encantado» con el informe
Presiones pro eutanasia
Pero el lobby promuerte no cesa en sus presiones. Comenzando por el propio presidente del Comité, el liberal Edward O’Donohue, quien alabando las legislaciones extranjeras estudiadas para este informe –cinco comisionados viajaron a Canadá, los Países Bajos, Suiza, y al estado norteamericano de Oregón, todos con leyes de eutanasia voluntaria- insta a su rápida aprobación acudiendo al alarmismo.
“Las personas que están temiendo un doloroso final se están suicidando de una manera horrible. El comité ha decidido que no podemos cerrar los ojos”, señalaba ‘Donohue, afirmando que entre 2009 y 2014 se suicidaron 240 personas próximas a morir.
También el Dr. Rodney Syme, vicepresidente de la asociación proeutanasia, Muerte Digna Victoria, se ha declarado «encantado» con el informe, confiando en que el Parlamento aprobará las leyes necesarias para poner en práctica esta polémica recomendación.
La campaña que busca legalizar la eutanasia en toda Australia ha cobrado fuerza con la adhesión del exprimer ministro Bob Hawke: «Estoy más que feliz porque mi nombre se asocie a la nítida expresión de la creencia de que ha llegado el momento de que Australia tenga unas normas claras que legalicen la eutanasia», ha declarado.
Dos votos particulares del informe señalan que la eutanasia lleva a la «destrucción humana»
En defensa de la Vida: una letal pendiente resbaladiza
Frente a estas voces que asisten intereses minoritarios se alza la de los defensores del primer derecho humano. Comenzando por los dos votos particulares que adjunta el informe, por cuanto conlleva a la “destrucción humana”, como advierte la diputada liberal Inga Peulich:
«Cualquier pérdida accidental de una vida – incluso la pérdida de una sola-, lleva a la imposibilidad de justificar tal régimen, al igual que la pérdida de la vida, debido a la pena capital, deliberada o debida a un posible acto involuntario de la justicia, no se puede justificar y fue la razón de su abolición».
Por su parte, el autor del segundo voto discrepante, el diputado laborista Daniel Mulino, denuncia que la reforma avalaría «una peligrosa pendiente resbaladiza, en la que las personas podrán morir por accidente, por un error o por un diagnóstico equivocado”.
«El informe se presenta al Parlamento y al pueblo de Victoria como una píldora de veneno recubierta de azúcar», aseguran los provida
Los católicos apuestan por los cuidados paliativos
Rechazo al que se suma la Iglesia Católica. El vicario general para la Vida y la Familia, Tony Kerin, ha alertado sobre una justificación del suicido basada únicamente en el miedo al dolor, abogando frente a ello por mejorar los cuidados paliativos.
También se han movilizado en contra numerosos colectivos cívicos, como el grupo HOPE. Su director, Paul Russell, denuncia en el digital Online Opinion la perniciosa recomendación: «El informe de la mayoría, en sus conclusiones y recomendaciones sobre el suicidio asistido, se presenta al Parlamento y al pueblo de Victoria como una píldora de veneno recubierta de azúcar. Esperamos que el gobierno de turno sea capaz de ver esta farsa y actúe en todo momento para proteger a las personas vulnerables, al tiempo que dé prioridad a los cuidados paliativos”, reclama.
Así, expertos y líderes sociales en defensa de derecho a la vida coinciden: “Cuando se aprueban leyes que no respetan la vida humana en todas sus fase -siendo una de ellas la que conduce a su final-, por mucho que se presenten como restrictivas y excepcionales, acaban demostrando en la práctica la teoría de la pendiente resbaladiza: una vez abierta la posibilidad de acabar con la vida humana usando como excusa casos extremos, como ocurre con la leyes de eutanasia y del aborto, al final vale todo”, denuncian.