
El 2 de marzo, ocho jueces del Tribunal Supremo de EEUU abordarán el Caso Whole Health Vs. Cole, “el más importante planteado en Estados Unidos sobre el aborto en los últimos 25 años”, como afirma el director de campañas en EEUU de CitizenGO, Scott Schittl.
Y es que con este caso el alto tribunal fallará sobre lo que se ha venido denominando “cuestión de la carga excesiva”: en concreto, si el Estado de Texas es competente para regular y limitar el acceso al aborto y a la postre, si tal potestad avala a los diferentes estados que han emitido leyes provida similares a la texana.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.
Suscríbete ahoraAsí, los jueces examinarán la legislación de Texas promulgada en 2013 que, con el objetivo de proteger la salud de las mujeres, combate la relajación en cuanto a condiciones sanitarias de los abortorios, imponiéndoles dos requisitos básicos: cumplir con los mismos estándares quirúrgicos que un pequeño hospital y que sus médicos cuenten con autorización para ser admitidos en un hospital situado a menos de 48 kilómetros.
Tal es la dejadez en este ámbito que la norma ha provocado el cierre del 75 por ciento de los centros abortistas en este estado. En concreto, según el último recuento de la web proabortista NeedAbortion.Org, los abortorios operativos actualmente en Texas se han reducido de 41 a 16.
La industria abortista trata el creciente movimiento provida
Lo que más temen los impulsores de este negocio sin escrúpulos es el efecto en cadena que puedan producir nuevas leyes estatales que protejan los derechos del no nacido y la salud de la mujer. Según reconoce el proabortista Instituto Guttmacher, 28 de los 50 estados, como Michigan, Misuri y Virginia, han impulsado leyes similares a las de Texas, especialmente desde 2010, cuando los republicanos se hicieron con las asambleas estatales e impulsaron su agenda provida.
Además, la cuestión ya se ha convertido en importante caballo de batalla entre los aspirantes a las elecciones presidenciales de noviembre. En este sentido, los analistas resaltan el hecho de que la audiencia del miércoles se produzca solo un día después del “supermartes”, cuando una docena de estados celebra elecciones primarias, en el proceso de caucus que afrontan republicanos y demócratas. Asimismo, la decisión definitiva del alto tribunal llegará en junio, a pocas semanas de la elección de los candidatos de ambos partidos para la Casa Blanca.
Lo que juzga el tribunal
Conscientes de lo que se juegan, algunas organizaciones promotoras del aborto, como Whole Woman’s Health, han emprendido esta batalla legal contra Texas. En un anterior caso con gran repercusión pública juzgado en 1992, el alto tribunal determinó que las leyes de los estados no pueden añadir “cargas innecesarias” al aborto que “traten de poner obstáculos sustanciales en el camino de la mujer que busca abortar antes de que el feto sea viable”. Lo que decidirá en junio el Supremo es si lo que la ley de Texas impone son “cargas innecesarias”.
Es por ello que la plataforma CitizenGO “redobla esfuerzos en la batalla por la vida”, como afirma Scott Schittl. “De hecho, llevamos colaborando con el resto de organizaciones provida en el periodo previo a la audiencia en el Supremo del 2 de marzo para unirnos en torno a este caso extremadamente importante que influirá en la actual estrategia ‘gradualista’ empleada por las legislaturas estatales que defienden el derecho a vivir en todo el país”.