La Misericordia y el acompañamiento son las claves para enfrentar la muerte... y para la vida.
acompañamiento son las claves para enfrentar la muerte... y para la vida.

Matar es algo intrínsecamente malo y siempre deja huellas. “Dos médicas compañeras mías eran pro eutanasia, pero al practicar una eutanasia se han hecho objetoras porque no soportan haber acabado con la vida de una persona”. Brutal el testimonio de Alonso Carlos García de la Puente, director psicosocial de la clínica Laguna, especializada en cuidados paliativos.

García de la Puente relataba este testimonio en el marco del I Congreso Regional sobre la Eutanasia celebrado en Quito este martes 15 de octubre. “Tengo un primo que es militar y cuando va a la guerra mata; y aunque nadie le critique por ello, ha necesitado ayuda profesional porque matar es intrínsecamente malo, siempre deja huella”, añade el experto.

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El director del equipo psicosocial de Laguna tiene a sus espaldas 4000 pacientes. Antes de que se aprobara la ley nadie le pedía la eutanasia; desde que se aprobó la ley cerca de un 35% se la piden. Pero tras los cuidados paliativos la cifra baja al cero por cien.

¿Cuál es la clave? No sólo el alivio del dolor físico, sino el relacional, el sentimental y el transcendental. “Piden la eutanasia porque tienen miedo de haber perdido el control de sus vidas, porque tienen la sensación de ser un lastre para otros, porque no se reconocen”. Por eso el experto relata la denominada “terapia de la dignidad” que mediante preguntas permiten que el paciente se reconozca y recupere el control consigo misma. Todo ello – explica el experto- exige acercarse con misericordia, no con empatía porque jamás podremos ponernos en sus zapatos; “ni siquiera tenemos derecho a ponernos en sus zapatos porque la decisión es suya; la vida es suya; nosotros podemos acompañar con misericordia, ofrecerle herramientas y estar a su lado”, apunta el director del equipo psicosocial de la clínica Laguna.

“Isabel fue una de mis pacientes; era drogadicta, había sido prostituta, le habían quitado a su hija, había estado en todas las cárceles de España y me dijo: ‘ahora que me estoy muriendo estoy empezando a vivir’… Porque era la primera vez en su vida que le trataban con la dignidad intrínseca que tenía. Y dijo ella: he hecho lo que tenía que hacer…. ¡Qué maravilla! Yo también me quiero morir así”. Así terminó su testimonio. Superemocionante.

Puede ver el video aquí: https://www.youtube.com/live/bGvkACytwM8

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