Una enfermera le muestra una ecografía a una mujer embarazada
Una enfermera le muestra una ecografía a una mujer embarazada

La enfermera Sandra Mendoza Rojas fue despedida de su trabajo como enfermera pediátrica en el Departamento de Salud del Condado de Winnebago porque no aceptó participar en ninguna actividad vinculada al aborto ni tener que verse degradada por ello.

Esta enfermera de Illinois ha presentado por este motivo una queja ante el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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La enfermera Mendoza trabajó durante 18 años en esa clínica, hasta que llegó en 2015 la nueva administradora de salud pública del condado, la Dra. Sandra Martell, que fusionó la clínica con otra de ‘derechos reproductivos’.

Mendoza: «La enfermería es más que un trabajo, es un llamamiento noble para proteger la vida y no hacer daño»

Así, las empleadas de aquella clínica tenían que empezar a ayudar a mujeres embarazadas, por ejemplo, a conseguir la píldora del día después o recibir capacitación para poder proporcionar referencias abortivas. Y a todo esto se negó la señora Mendoza.

Dada su fuerte fe católica, ella se negó en rotundo y se encontró con dos opciones: o se degradaba para ser temporalmente inspectora de alimentación o se marchaba. Cuando se acabó el plazo de dos semanas, tomó la decisión de irse, pero ahora quiere luchar por sus derechos.

Y sobre todo, defender la vida, ya que como ella misma argumenta «la enfermería es más que solo un trabajo, es un llamamiento noble para proteger la vida y no hacer daño. Hay algo terriblemente podrido cuando te obligan a abandonar tu trabajo debido a tu compromiso de proteger la vida».

 

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