No sé si ya tuviste ocasión de leer la Declaración ‘Dignitatis Infinita’ de la Doctrina de la Fe de la Santa Sede. Habla de la dignidad de la persona y se moja en todos los temas conflictivos. Todos. Un texto valiente. Denuncia el colonialismo ideológico, los llamados nuevos derechos contradictorios con los derechos de verdad, y esa filosofía de derechos basados en deseos en vez de en realidades. Pura ideología, denuncia el Vaticano.
El aborto -señala la declaración de la Doctrina de la Fe- atenta contra el derecho a la vida de un ser humano único, irrepetible e inocente. “Un ser humano sagrado e inviolable”, apunta. Por eso “no hay que ceder a compromisos de conveniencia o autoengaños”. Calificarlo de “interrupción voluntaria del embarazo’ no es más que un “fenómeno lingüístico” que apela al “malestar de las conciencias”.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.
Suscríbete ahoraO sea, se lo traduzco: no nos hagamos trampas en el solitario. Pueden tratar de ‘vendernos’ el aborto como derecho a la mujer, derecho a decidir sobre la propia maternidad o como solución para una mujer angustiada por una maternidad no planificada o incluso por una maternidad fruto de una violación. Pero abortar es matar, acabar con una vida sagrada e inviolable. Punto.
Por eso es “particularmente grave e ignominioso”. Y por eso la aceptación social del aborto es una muestra de la “crisis moral” de las sociedades.
El texto también se atreve a mojarse con el asunto de la maternidad subrogada, “que convierte al niño en un mero objeto”. El texto deja claro que “el hijo es un don, no un objeto de contrato”. Es decir, no existe el llamado “derecho al hijo”. Por eso la Iglesia católica hace un llamado a la prohibición internacional de los vientres de alquiler. Porque no sólo violan los derechos del niño, sino también viola la dignidad de la mujer gestante tratada como una incubadora.
La Declaración “Dignidad Infinita” también ataca la eutanasia. Denuncia el eufemismo de “muerte digna” y aboga por los cuidados paliativos sin caer en el encarnizamiento terapéutico. Frente al buenismo y la mentalidad sensiblera, aclara que la dignidad humana también existe en la “condición dolorosa”. Dice que lo digno es acompañar en la muerte, no provocarla. “La muerte debe de ser acogida, no suministrada”. Posiciones claras ahora que varios países están planteando o acaban de plantear legislaciones eutanásicas
Además, el texto denuncia la teoría de género por borrar las diferencias en una pretensiíon igualitaria cuando precisamente la diversidad es la que permite el “milagro” de la vida. Aclara que se puede distinguir entre el sexo biológico y los roles socioculturales, pero no separarlos porque son íntrínsecos.
Y se atreve más sobre la ideología de género:
(…) nos lleva a seréis como dioses (….) en competencia con el verdadero Dios (…) no aceptar la vida como don”
El Vaticano denuncia además que pretenden mostrarse como derechos lo que son deseos o preferencias subjetivas que “no son compatibles con los derechos originales”.
Por eso aboga por situarse “más allá de la autorreferencialidad individualista”. Y añade el siguiente dardo:
“Todo derecho que no se base en la naturaleza humana sino en la arbitrariedad personal o el reconocimiento social nos lleva a intereses de poder”
O sea: toda la agenda LGTB no apoya los derechos humanos sino los intereses de poder del lobby. Y a eso lo califica de “colonialismo ideológico” ¡Toma!
Por eso, sobre el cambio de sexo, recuerda que el cuerpo participa de la dignidad de ser imagen de Dios:
“Lo creado nos precede y debe ser reconocido como don (…) Custodiar nuestra humanidad es aceptarla y respetarla como ha sido creada”
Como ves, un texto potente en el que la Iglesia se arremanga en todos lo asuntos polémicos, en todas las batallas en las que estamos involucrados.
Pero además, también trató otras amenazas a la dignidad humana:
- Pobreza: “Crece la riqueza, pero con iniquidad (….) Robar al pobre o pagar saqqlarios de miseria es equivalente al asesinato”
- Las guerras: “Vivimos en una tercera guerra mundial por capítulos (…) Quien Invoque el nombre de Dios para justificar el terrorismo, la violencia o la guerra no sigue a Dios (…) La guerra en nombre de la religión es una guerra contra la religión misma”
- El abuso sexual: “Deja profundas cicatrices” (…) la Iglesia está comprometida a su combate
- Trata: La trata, el comercio de órganos, la explotación sexual de niños, el terrorismo internacional, son crímenes contra la humanidad
- Emigrantes: Huyen de la vida indigna de sus países y no son tratados en su dignidad en los países de acogida.
- Mujer. Sigue habiendo mucha violencia contra la mujer a pesar de la teñoriuca igualdad. Condena total y clara de los feminicidios.
- Violencia digital. Denuncia las noticias falsas y el riesgo de dependencia y aislacionsimo. “A mayor conexión, mayor aislamiento”
¿Cuál es el origen de esta dignidad infinita? ‘Dignitatis Infinita’ explica que la dignidad humana se basa en la filiación divina: fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Somos dignos por haber recibido la existencia de Dios. Pero es que además -prosigue el texto, la encarnación del Hijo de Dios confirma nuestra dignidad. ¡Dios se hace hombre y comparte nuestra naturaleza!
Y como remate, la Resurrección en carne y hueso de Cristo recoinfirma esa dignidad. Por eso estamos llamados a reflejar la gloria del Padre y esforzarnos para vivir acorde a la altura de nuestra dignidad.
Una dignidad intrínseca, no conceduda por nadie. Y universal, una dignidad de toda persona por el hecho de serlo. Con independencia de su capacidad, de sus posibilidades, incluso de su raciocinio. Desde la concepción hasta la muerte natural.
Como ves, una declaraciíon importante que estoy seguro que dará soporte intelectual y moral a los creyentes y a las personas de buena voluntad y que te animo a leer. Puedes hacerlo en el siguiente link:
https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2024/04/08/080424c.html