
EuropaPress.
El sida es la principal causa de muerte entre los adolescentes en África y la segunda entre los jovenes de 15 a 19 años a nivel mundial, según los datos del Fondo para la Infancia de la Onu (Unicef) y ha aclarado que entre las poblaciones afectadas por el VIH, los adolescentes son el único grupo en el que las cifras de mortalidad no disminuyen.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraSegún Unicef, en el África subsahariana, la región dónde se impone, las ninas se ven mucho más afectadas y representan 7 de cada 10 nuevas infecciones entre los jovenes. Sin embargo, entre los adolescentes de esa edad en la zona, sólo 1 de cada 10 ha sido sometido a la prueba del VIH, añade el informe.
«Es fundamental que los jovenes que son portadores de VIH tengan acceso a tratamiento, atención y apoyo», ha subrayado el director de los programas mundiales del sida de Unicef, Craig McClure, durante el durante el Foro de pensamiento crítico celebrado en Johannesburgo. «Al mismo tiempo, aquellos que no son portadores deben tener acceso a los conocimientos y medios para ayudarles a permanecer de esa manera», ha añadido.
Los datos del informe ‘Actualización estadística sobre los ninos, los adolescentes y el sida’ aseguran que menos de la mitad de los ninos menores de 2 meses han sido sometidos a la prueba de VIH. Sólo 1 de cada 3 de los 2,6 millones de ninos menores de 15 años que viven con el virus recibe tratamiento.
Grandes avances para su prevención
La mayoría de los adolescentes que mueren por enfermedades relacionadas con el sida han contraído la enfermedad de ninos, de 10 a 15 años, cuando apenas había mujeres embarazadas y madres que tenían el VIH y recibían medicamentos para prevenir la transmisión del virus de madre a hijo. Sin embargo, esto ha cambiado y en los últimos 15 años se han evitado casi 1,3 millones de nuevas infecciones, ha destacado Unicef.
En 2014, 3 de cada 5 mujeres embarazadas con VIH recibieron tratamiento para prevenir la transmisión del virus a sus bebés, lo que se traduce en una reducción del 60 por ciento de las muertes relacionadas con el sida entre los ninos menores de 4 años desde 2000.
«Los avances logrados en la prevención de la transmisión materno infantil son loables, y hay que celebrarlos, pero se necesitan inversiones inmediatas para ofrecer tratamiento a los ninos y adolescentes que están infectados», ha añadido McClure.