Alina Dulgheriu fue -junto a su hija- rescatada de un negocio abortista. Ahora lucha contra las leyes de exclusión.
Alina Dulgheriu fue -junto a su hija- rescatada de un negocio abortista. Ahora lucha contra las leyes de exclusión.

Alina Dulgheriu conoce de primera manos cuáles son los efectos de que voluntarios permanezca a las puertas de los negocios abortistas esperando la oportunidad de asesorar a las mujeres que acuden -decididas o confundidas, según el caso- a acabar con la vida de sus hijos.

Hace sies años, cuando ella se vio en semejante trance, Alina fue rescatada -y, como consecuencia, su hija- gracias al «amoroso ofrecimiento de apoyo» de un grupo de voluntarios. «Desde entonces, tuve el privilegio de unirme a un grupo compasivo y afectuoso de ciudadanos que ofrecen esta misma ayuda a madres en circunstancias similares», explica.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Determinadas ciudades del Reino Unido han aprobado normas según las cuales, está prohibido manifestarse, rezar, ni hablar con las mujeres que se acercan a los negocios abortistas.

En Ealing, el Tribunal Supremo reocnoció que estos ofrecimientos de ayuda han sido criminalizados sobre la base de pruebas que no no tiene estándar penal, por lo que derechos humanos fundamentales como la libertad de expresión, el derecho a rezar o a recibir información se han visto socavados.

Alina Dulgheriu: «Cuando abraces a tu bebé por primera vez te convertirás en la mujer más poderosa que podrías haber imaginado, una mujer que nunca llegaste a imaginar. No te rindas»

Como persona individual, Alina ha tenido que pedir permiso al Tribunal de Apelaciones para que le permita iniciar un proceso que revierta la situación y además ha iniciado una campaña de microdonaciones para alcanzar las 50.000 libras esterlinas que calcula que costará el proceso.

En menos de cuatro días, con el apoyo de la organización ‘Be here for me’ [permanece aquí por mí] ya ha recaudado las primeras 20.000 libras.

Desde 2014, las empresas abortistas del Reino Unido han reclamado que se impida la libre presencia de personas defensoras de la vida humana a la puerta de sus negocios. A finales del año pasado, la diputada laborista Rupa Huq se comprometío a llevar adelante la prohibición. Ahora la batalla legal continúa de la mano de una mujer que se benefició de la presencia de los rescatadores.

En una entrevista reciente con Actuall, Alina reconoce que se planteó abortar «porque no tenía un lugar donde vivir», pero que la hicieron sentirse madre «otra vez». Y. acompañada, pudo volver a trabajar cuando su hija tenía 15 semanas.

Su mensaje para las madres que piensan en abortar va directo al corazón: «Lo que estás pasando ahora es temporal, todo puede estar en tu contra en este momento, pero cuando abraces a tu bebé por primera vez te convertirás en la mujer más poderosa que podrías haber imaginado, una mujer que nunca llegaste a imaginar. No te rindas».

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