
Los médicos pensaron que Lyndee Brown Pellettiere-Swapp, una mujer de 47 años natural de Arizona, estaba muriendo y nunca se despertaría del coma. Sin embargo, Lyndee pronunció tres veces en voz alta «soy una luchadora» y su suerte cambió.
Su familia la encontró inconsciente y la llevó al hospital. Allí sufrió varias convulsiones, y después de 12 días hospitalizada, los médicos dijeron que sus órganos vitales estaban fallando.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraA raíz de eso, determinaron que la mejor opción era desactivar su soporte de vida.
Sin embargo Lyndee no estaba muerta, podía oír todo lo que pasaba a su alrededor, pero no podía responder ni moverse, según informa InfoCatólica.
«Nunca saldrá del coma»
Los médicos anunciaron tanto a su marido como a sus hijos que ella nunca saldría del coma. Motivo por el cual, decidieron desconectarla de su soporte vital el 29 de octubre de 2015.
Lyndee contó a la cadena CBS 5 que escuchó todo lo que la gente de su alrededor hablaba, incluyendo los planes para retirarle el soporte de vida. Pero no pudo responder hasta prácticamente segundos antes de morir.
Ella recuerda que en esos duros momentos su marido estaba a su lado susurrándole: «¡Necesito que pelees!»
Ella recuerda que en esos duros momentos su marido estaba a su lado susurrándole: «¡Necesito que pelees!».
«En mi cabeza estaba muy claro lo que decían, pero no podía comunicarme. Finalmente pude salir y decir «soy una luchadora», que es lo que mi marido estaba soplandome al oído», asegura Lyndee.
Esas tres palabras fueron cruciales y cambiaron la perspectiva de toda una familia mientras se encontraban en el lecho de muerte de su madre.
Agradecidos de que siga viva
Su recuperación ha sido larga y difícil, con varias hospitalizaciones y cirugías desde que se despertó, pero su esposo y sus dos niños agradecen que Lyndee siga viva.
«Solo porque no estás consciente no significa que no puedas escuchar», afirma. «Así que debes hablar con tus seres queridos si están en esa situación. Ellos te escuchan», relata.
No es un caso aislado, hay más
Aunque es inusual, Lyndee no es el único caso. Martin Pistorius estuvo en coma durante 12 años. Los médicos dijeron que estaba en «estado vegetativo» y moriría, pero sus padres continuaron cuidando de él y lentamente empezó a despertar.
Martin, finalmente, mejoró tanto que pudo asistir a la universidad. Más tarde creó su propia empresa y se ha casado.
Otro caso es el del adolescente Dylan Rizzo de Massachusetts. Después de un accidente de coche devastador en 2011 entró en un profundo estado de coma. Los médicos dijeron que estaba en «estado vegetativo», y sus padres se prepararon para lo peor.
Sin embargo Rizzo se despertó y ahora camina, habla y lleva una vida relativamente normal.
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