
Con tan sólo dieciséis semanas los fetos oyen la música y responden con movimientos de vocalización, abriendo la boca y sacando la lengua, previos a la adquisición del lenguaje. Ésta es la principal conclusión de un estudio realizado por los investigadores Alberto Prats, catedrático de Anatomía y Embriología Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, y Marisa López Teijón y Álex García Faura, del Instituto Marquès, centro en el que se ha llevado a cabo el experimento.
En el ensayo se utilizaron tres tipos diferentes de estimulación fetal: música emitida por vía abdominal, música por vía vaginal y vibraciones sonoras no musicales emitidas también desde la vagina. Los resultados de la comparación mediante ecografías mostraron que, aplicando música por vía vaginal, el 87% de los fetos movieron la boca o la lengua y cerca del 50% reaccionó con cambios visibles en la expresión facial.
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Suscríbete ahora«La música induce a una respuesta de movimientos de vocalización»
Por el contrario, en el caso de la música emitida desde el abdomen y en el de las vibraciones sonoras, no se observaron cambios destacables en las expresiones de los fetos. El ensayo clínico, publicado en la revista Ultrasound, se realizó en más de cien mujeres embarazadas que se encontraban entre las semanas catorce y treinta y nueve de gestación.
Según el director del Laboratorio de Neuroanatomía Quirúrgica de la Facultad de Medicina, Alberto Prats, “todo apunta que la música induce una respuesta de movimientos de vocalización al activar circuitos cerebrales de estimulación del lenguaje y de la comunicación”.
De acuerdo con esta hipótesis, una vez completada la formación del oído interno, cuando el feto recibe a través de la cóclea un estímulo auditivo que incluye ritmo o melodía, se activan centros muy primitivos del tronco del encéfalo en el área relacionada con la conducta social. Esta estimulación induce la vocalización.
Hasta la fecha se sabe que los bebés empiezan a vocalizar espontáneamente en respuesta a los sonidos que escuchan y al explorar el registro de las voces: es la fase previa al habla. Ante ruidos o sonidos disonantes, no se activan estos circuitos de neuronas; por eso, cantar o hablar a un nino estimula el habla, mientras que un ruido no.