Mientras los vientres de alquiler dividen a la derecha (con Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre a favor de esa forma de explotación de la mujer y tráfico de ninos), en sectores “progres” o incluso de izquierda se ve claro lo que para algunos conservadores es oscuro.

Una periodista de El País, la veterana cronista y reportera, Luz Sánchez Mellado, nada sospechosa de ataduras conservadoras o remilgos de novicia, tira de sentido común y se rebela ante (o cuando menos cuestiona) los vientres de alquiler, en un artículo clarificador. 

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Pantallazo del artículo
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La autora de libros como Estereotipas, advierte nada más comenzar que con su artículo, titulado significativamente Mujeres horno, “no voy a ganar amigos. Puede, incluso, que pierda alguno muy querido”.

Y añade: “Pero hay asuntos que nos aluden personalmente y que nos arañan la conciencia aunque no nos toquen nada”.

Asunto de conciencia. Lo repite un par de veces en su artículo.

Eso sí, no quiere juzgar a nadie (y hace bien); y matiza que “no puedo ponerme en la piel de los que ansiando ser padres y, no pudiendo o no queriendo acudir a la reproducción asistida o la adopción, invierten todas sus ganas, tiempo y dinero en contratar a una desconocida”.

Deja claras varias ideas, que pueden ser muy útiles en el debate que se traen entre manos, entre otros, un PP que disfraza el tráfico de úteros con el eufemismo de maternidad subrogada

Pero desde “las tripas”, como madre que (“no tuve problemas para concebir, gestar y parir a mis hijas”) deja claras varias ideas, que pueden ser muy útiles en el debate que se traen entre manos, entre otros, un PP que disfraza el tráfico de úteros con el eufemismo de maternidad subrogada.

A saber…

  • Llama eufemismo al negociete: “Un vientre de alquiler; una gestación subrogada, según el eufemismo que prefieren quienes la usan”
  • Pone cuando menos en duda del carácter altruista del trueque: “Una incubadora humana que, OK, voluntariamente y a cambio de una compensación económica o un deseo de ayudar al otro, en el mejor y menos creíble de los casos, llevará nueve meses en su seno…”
  • Contra el criterio de Bibiana Aído de que el feto es ser vivo pero no ser humano, la periodista de El País se refiere al feto como “persona”, futura pero persona: “llevará nueve meses en su seno a una futura persona carne de su carne aunque no sea genes de sus genes”
  • Contra quienes trapichean con embriones, en pos del hijo deseado, y remedan la eugenesia hitleriana, eligiendo en el catálogo el nino rubio de ojos azules… la autora recuerda una verdad de Pero Grullo: que “ser madre o padre biológico puede ser un anhelo, pero no un derecho inalienable”
  • Que la maternidad y la paternidad es un asunto muy serio, de mucho calado, que trasciende los estrechos límites del mercado: “La vocación de trascendencia, amor y proyección en el otro alienta la paternidad desde que el hombre es hombre”.
  • Y aunque Luz Sánchez Mellado subraya que “la adopción es una carrera de obstáculos” (y no le falta razón), que “quien puede pagarlo lo hace fuera y que es iluso ponerle puertas al globo”… una mujer no es una incubadora, ni un horno. “No sé si cambiaría de opinión si tuviera a alguien querido en esa tesitura. Solo sé que las mujeres no somos hornos. Y que tenía que decirlo”.

Y muy bien dicho.

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