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Hacia un parlamento ingobernable… o el Frente Popular

Pablo Iglesias celebra los resultados de las elecciones generales / EFE

Al final, quién lo iba a decir, Mariano Rajoy tenía razón: que viene el lobo. Pero ni siquiera la apelación al miedo que ha sido, grosso modo, el mensaje central de su programa electoral, ha librado al presidente y al PP del desastre al que han llevado a España.

Con estos resultados en el horizonte se adivina un parlamento ingobernable -quién sabe si en dos meses tendremos nuevas elecciones generales- en el que la izquierda radical y los partidos nacionalistas tienen mucho que decir.

El PP (123) gana al PSOE (90), mientras que Podemos (69) arrolla a Ciudadanos (40). O sea, un empate entre las sumas de los escaños de Rajoy y Rivera y los de Sánchez e Iglesias. Pero el empate se rompe contando con el apoyo de los partidos nacionalistas. La izquierda llegaría a la mayoría absoluta formando un Frente Popular con ERC, que tiene nueve escaños, Democracia y Llibertat ocho, PNV seis y Bildu dos. IU tiene dos. Le valdría con ERC, IU, por ejemplo.

Un tipo que daba discursos en herriko tabernas ha irrumpido en el Congreso con 69 representantes

Habrá quienes se echen las manos a la cabeza, asustados, preguntándose cómo se ha podido llegar al punto de que un tipo que hasta hace dos días daba discursos en ‘herriko tabernas’ y calificaba el himno de España de «pachanga cutre fachosa» irrumpa en el Congreso de los Diputados con 69 representantes.

Quizá muchos de estos españoles hayan confiado su voto -con la nariz tapada y mucho miedo- a uno de esos partidos salpicados de corrupción hasta el tuétano. Gürtel, EREs de Andalucía, Púnica, indultos, complicidad con el enriquecimiento de Jordi Pujol… Ya saben.

Protesta del movimiento 15-M en la Puerta del Sol / EFE

Seguro que Rajoy lamentará ahora no haber aprovechado su mayoría absoluta, una de las mayorías absolutas más acomplejadas que se recuerdan, para haber hecho reformas de verdad, para no haber esquilmado a la clase media y traicionar a sus votantes, en definitiva, para haber aplicado el programa con el que ganó en 2011 que atacaba gran parte de la base ideológica del zapaterismo.

Pero sobre todo, en su conciencia pesará el haber dividido a la derecha. Lejos de librar la batalla cultural, mostrar firmeza al desafío nacionalista o hacia la izquierda más radical, con quienes Moncloa ha sacado músculo en estos cuatro años ha sido con la derecha social y los medios no afines al Gobierno… que no fueran de izquierda.

Seguro que Rajoy lamentará ahora no haber aprovechado su mayoría absoluta, una de las mayorías absolutas más acomplejadas que se recuerdan

Porque no han sido pocas las llamadas que desde la vicepresidencia del Gobierno -Soraya- se han destinado a impulsar a Podemos desde las principales televisiones privadas de España para hundir al PSOE. Una jugada arriesgada, la de jugar con fuego, que muy pronto trataron de desactivar. Pero ya era tarde.

A estas alturas es una ingenuidad calificar a Podemos de partido antisistema. O de ‘frikis’, como les llamó el marido de Celia Villalobos y sociólogo estrella del PP, Pedro Arriola. Han pasado en tiempo récord de la sentada en Sol y las pedradas a los antidisturbios en las manifestaciones ‘Rodea el Congreso’ a ingresar en las filas de la casta por la puerta grande del parlamento que antes cercaban.

Un paro de más del 21,6% y el independentismo en auge

En Cataluña y País Vasco Podemos ha sido la fuerza más votada, quizá porque es el voto útil para lograr la independencia: Iglesias promete un referéndum. Nadie le podrá negar olfato político al profesor de Ciencias Políticas, que ha jugado de maravilla la baza de «quiero que Cataluña se quede en España, pero quiero que eso lo decidan los catalanes votando».

Habrá mil análisis sobre estas elecciones, pero nadie puede negar que pasarán a la Historia por representar el principio del fin del bipartidismo, que los cimientos del régimen del 78 hace tiempo que se tambalean y ya no hay forma de disimularlo.

Podemos ha sido la fuerza más votada en Cataluña y País Vasco, quizá porque es el voto útil para lograr la independencia

Y en este fracaso generacional es muy probable que algo tenga que ver el declive de España en terrenos esenciales como el de la educación, donde está a la vanguardia del fracaso escolar.

En fin, que ya está más cerca el día en el que las élites españolas tengan que rendir cuentas por la herencia -21,6% de paro y un país al borde la ruptura- que dejarán a las generaciones nacidas después de 1975.

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