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Rotherham: vergüenza europea o cómo ocultar la violación de más de mil niños porque los autores eran musulmanes

Los violadores de Rotherham

Los cinco declarados culpables fueron: Tayab, Nasser y Basharat Dad, Matloob Hussain y Mohammed Sadiq. En cambio, Amjad Ali se declaró culpable en febrero. / Police South Yorkshire

La ciudad inglesa de Rotherham -al sur de Yorkshire- se ha convertido en el penúltimo ejemplo de uno de los síntomas que más a menudo manifiesta ese enfermo multicultural llamado Europa: el silencio mediático ante delitos de especial gravedad cometidos por musulmanes.

Un tribunal británico condenó la semana pasada a seis paquistaníes a 80 años de prisión (entre diez y veinte años cada uno) por abusar, violar y maltratar durante 16 años a más de un millar de niños y niñas, alguna de los cuales quedó embarazada.

Según la fiscalía los menores abusados podrían llegar hasta los 1.400, fundamentalmente niñas, y fueron atacados entre 1997 y 2013.

A este respecto es muy esclarecedor el ‘Informe Jay’ (elaborado por una profesora llamada Alexis Jay), que deja en una situación muy comprometida tanto a la policía, el ayuntamiento como a los servicios sociales.

El informe señala que ninguna de las instituciones públicas estuvo a la altura de las circunstancias durante los años en los que seis miembros del clan Hussain perpetraron las violaciones masivas y abusos de todo tipo. Todos hicieron como si no pasara nada.

Carne infiel

Incluso después de que el caso provocara la indignación ciudadana. En 2015 el Ayuntamiento de esta ciudad inglesa de 250.000 habitantes reclamó a la secretaría de Interior poderes especiales para prohibir manifestaciones contra los abusos de los seis paquistaníes a los menores que en su mayoría pertenecían a familias de escasos recursos económicos, casi marginales.

La profesora Alexis Jay, autora del informe en el que se recogen las 1.400 violaciones a menores cometidas por seis paquistaníes / The Telegraph

El poder político quiso neutralizar la rabia ciudadana de Rotherham bajo la coartada de que las manifestaciones suponían un derroche económico. Una de esas protestas, según un diario local, le costó a las arcas públicas más de un millón de libras.

Hace tiempo que las élites políticas y mediáticas anteponen la corrección política a la justicia, sin importar que la primera consecuencia sea la privación de libertad de los europeos

El de la semana pasada fue el tercer juicio que se celebra sobre el asunto. Entre los tres se han tratado 135 casos (o sea, menos del 10%) de los 1.400 cometidos por los paquistaníes que consideraban a las niñas «carne infiel».

La de Rotherham es la penúltima vergüenza europea.

Hace tiempo que las élites políticas y mediáticas anteponen la corrección política a la justicia más elemental sin importar que la primera consecuencia sea la privación de libertad de los ciudadanos europeos. Quizá el ejemplo más claro se produjo en Colonia tras los sucesos de la madrugada del 1 de enero de 2016.

Aquella noche cientos de alemanas fueron violadas, agredidas y vejadas por musulmanes ante el silencio cómplice de una prensa que calló hasta que la oleada de denuncias ante la policía fue tal que no quedó más remedio que publicar lo que en la calle era un clamor.

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