
Hace unos días, hablando con una allegada sobre el mal que asolaba Venezuela y cómo algunos españoles apoyan fervientemente a un partido que anhela convertir a nuestra democracia en una tiranía, esta me preguntaba el por qué de la existencia de individuos que escogían a Podemos pese a que sus líderes no hacen más que manifestar su oposición a la libertad y a todos los valores que presumen defender. Una cuestión que constituye uno de los grandes enigmas de la memoria nacional. ¿Cómo es posible que una formación liderada por un machista de facto con complejo de burgués arrastre el voto del feminismo y de los que en teoría no tienen donde caerse muertos?
Van pasando los meses, los años, las elecciones y los pufos de la banda filocomunista sin que esas meteduras de pata o contradicciones pasen factura electoralmente. Puede que se dejen alguna unidad por el camino, pero no pierden fuerza, ya han conquistado un suelo fijo de papeletas. Iñigo Errejón se presentó para intentar fagocitar a Podemos, pero el antiguo compinche de Iglesias no se comió un colín y su examigo salió en volandas conservando la mayoría de los diputados que había conquistado en los anteriores comicios.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl líder de Podemos continúa siendo el cabecilla de la izquierda radical mientras las opciones más moderadas se tienen que conformar con ser una especie de prolongación de sus tentáculos. Dominios de los que no se desprende pese a que su figura esté más cuestionada que nunca por el sentido común, -aspecto que parecen no conocer sus acólitos-, si no, no se explica que un hombre con ramalazos machistas encuentre cobijo demoscópico en el colectivo feminista o se refugie en los consuelos de los más vulnerables viviendo en una mansión con criadas a su servicio.
Vivimos en una sociedad analfabeta, he aquí la respuesta a tal contradicción existencial. Existimos en una mundanidad en la que la actitud critica es una quimera de los tiempos pasados en los que las universidades constituían el lugar donde confrontar ideas. Hasta en las facultades se ha perdido la frescura de aportar contradicciones conformándose con asentir a las ideas caducas de falsos eruditos. Porque como dice mi buen amigo el escritor Francisco Gijón, “algunos catedráticos se creen intelectuales por escribir temeridades léxicas que suponen un reto para sus lectores”.
El marxismo se ha adueñado de las aulas inoculando el relativismo y la ignorancia en nuestra sociedad. ¿Cómo vamos a pedirle a la población que tenga un pensamiento critico si ni siquiera los que deben poseerlo por los conocimientos que se les sobreentiende se cuestionan la realidad? Me acabo de acordar de la campaña que circuló por redes durante la vigencia del Estado de Alarma que animaba a los ciudadanos a obedecer y a no tener tendencias opositoras a lo que practicara el Ejecutivo.
Es increíble cómo la ignorancia deforma esperpénticamente la realidad dejando opacos los puntos de vista diferentes a los propios
Desgraciadamente, muchos españoles tienen ese lema como estilo de vida dejando que la inercia de la ignorancia tibia tome las decisiones por ellos. Sobreviven con omisión a todas las fechorías que practican sus líderes. Pablo Iglesias destruye mafiosamente unos archivos y echan la culpa a los tribunales dibujando en su cabeza una falsa caza de brujas contra su persona y el Gobierno al que pertenece, Pablo Echenique comete un fraude laboral contratando en negro a su asistente a la par que enarbola la bandera de la dignidad de los obreros y acusan a los medios de comunicación de querer destruirle.
Es increíble cómo la ignorancia deforma esperpénticamente la realidad dejando opacos los puntos de vista diferentes a los propios. Como dijo recientemente en una homilía el obispo de Alcalá de Henares, monseñor D. Juan Antonio Reig, “atravesamos una crisis de la verdad, de la inteligencia”. Depresión en la que la ignorancia ha sobrepasado a las ideas como consecuencia de un nuevo analfabetismo. Desconocimiento del saber, que, pese a que la inmensa mayoría de la población no tiene problemas para leer y escribir, se hace más latente que nunca cobrando más fuerza que antes el fantasma de Voltaire, el que dijo que el sentido común era el menos común de los sentidos. Percepciones que ahora no son ni detectadas.
Como burros, caminan por la vida contemplando fijamente un punto sin prestar la mínima atención a lo que pasa su alrededor. Estrechez de miras que es aprovechada por los políticos, por estos mismos que se ven beneficiados del analfabetismo moderno que padece parte de la comunidad. Llega Pedro Sánchez augurando que si no se vota al PSOE llegará Santiago Abascal a lomos de su caballo usurpándonos la libertad y los presuntos progresistas acuden en masa a elegir a un falso libertador que sueña con coartar los puntos de vista diferentes al suyo.
Somos más manipulables que nunca, quizá por eso tengamos en el Gobierno a la peor calaña que se ha sentado en el Consejo de Ministros desde que vivimos en democracia. Un narcisista con vena de tirano, un compadre del régimen venezolana que mima a la mano derecha de Maduro, una mujer que presume de la falta de credibilidad de las instituciones de nuestro país además de decir que el dinero público no es de nadie, un ministro de interior que está aprovechando la posición privilegiada que otorga el poder para que sus trazas despóticas salgan del armario…
Que razón tenía Albert Rivera cuando vislumbraba a este ejecutivo como una banda. Panda que seguirá mandando con la ayuda de la ignorancia sumisa que provoca este analfabetismo moderno.