
Una de las últimas discusiones importantes que tuvieron los Estados Generales para la bioética en Francia tuvo lugar en 2013. Tras la discusión sobre el matrimonio homosexual la conclusión fue favorable y posteriormente los legisladores lo sancionaron.
Ahora cuatro año más tarde, vuelven a reunirse los Estados Generales y parece que el tema que van a tratar son los vientres de alquiler y la fecundación heteróloga para todos. Desde este jueves hasta el 7 de julio habrán consultas, encuentros y debates entre expertos y ciudadanos que concluirán el próximo otoño con una batería de propuestas legislativas sobre temas bioéticos.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl evento está coordinado por el Comité consultivo nacional sobre la ética para la ciencia de la vida y la salud (Ccne) y su misión consiste en «ofrecer opiniones sobre problemas éticos y cuestiones sociales surgidos a raíz del progreso en los campos de la biología, la medicina y la salud.
Diversos exponentes del gobierno de Macron se han mostrado favorables a la legislación tanto de los vientres de alquiler como de la fecundación heteróloga
Sobre el que puede ser un punto central de este debate, parece que la respuesta ya está clara. Diversos exponentes del gobierno de Emmanuel Macron se han mostrado favorables a la legislación tanto de los vientres de alquiler como de la fecundación heteróloga, por lo que sólo falta el visto bueno -parece que factible- de los Estados Generales para legislar sobre ello.
Esa postura se ha visto reflejada por la Secretaria de Estado de Igualdad, Marlène Schiappa, que en estos días saludó la llegada de 2018 por ser el año de la procreación para todas las mujeres.
En vistas a esta situación los lobbies y las élites progresistas ya han comenzado a presionar. El pasado martes, un colectivo de 110 conocidas personalidades francesas han lanzado en la página de Le Monde una campaña para la reforma urgente que reglamente el fenómeno de la gestación para otros -el vientre de alquiler-.
Es verdad que también desde el bando feminista aparecen voces contrarias. En París, en febrero de 2016, diversas siglas feministas de todo el mundo firmaron la Carta para la abolición universal de la maternidad subrogada –vientre de alquiler-.
En ese documento se denunciaba «el uso de los seres humanos cuyo valor intrínseco y cuya dignidad son cancelados por su uso o por valor de cambio» y rechazaba «la mercantilización del cuerpo de las mujeres y de los niños».
Habrá que ver hacia dónde se dirigen estos debates y encuentros, aunque todo parece indicar que seguirá la misma línea que los Estados Generales que debatieron sobre el matrimonio homosexual.