
El expresidente de Banesto, Mario Conde, ha sido detenido por la Guardia Civil en la mañana del lunes acusado de un presunto delito de blanqueo de capitales, han confirmado a Europa Press fuentes conocedoras de la operación. Además han sido detenidas otras cinco personas en la operación contra el exbanquero de Banesto, entre ellos a sus hijos, Mario y Alejandra Conde y a su yerno, junto a otras dos personas más.
Los agentes de la Unidad Central Operativa del Instituto Armado están realizando varios registros en domicilios y sedes de empresas familiares. La operación está a cargo del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, cuyo titular es el juez Santiago Pedraz.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLa detención está relacionada con actividades de una empresa familiar. La Guardia Civil está registrando su domicilio en la calle Triana de Madrid.
Conde fue condenado a 20 años de prisión por el Tribunal Supremo por el llamado ‘caso Banesto’, un escándalo financiero que estalló en diciembre de 1993 cuando el Banco de España intervino la entidad por el agujero patrimonial superior a 2.700 millones de euros que presentaba. Logró en noviembre de 2005 el tercer grado penitenciario tras haber cumplido parte de la pena.
«Soy antisistema»
Hace unas semanas, Mario Conde concedía esta entrevista a Actuall en la que aseguraba que tras su paso por la cárcel la vida es mejor porque «aprendes a conocerte y a valorar muchas cosas a las que antes no se las dabas». «He sacado enseñanzas magníficas del tiempo en que estuve preso«, nos decía.
Asimismo, Conde se considera antisistema: «Al criticar un sistema uno no se convierte en antisistema, sino en una persona a la que no le gusta ese sistema y quiere otro diferente. Siempre tiene que haber un sistema».
Actuall le preguntó además si le gustaba vivir en los límites. Esto es lo que respondió: «Estar en la presidencia de Banesto controlando un grupo financiero, industrial y mediático te obliga a vivir en una situación al límite. A poco que roces el poder vives ahí, y no es que te guste, es que depende de dónde estés. Puedes hacer dos cosas: plegarte al sistema o no. Si no te pliegas al sistema, entonces vives más peligrosamente«.