
Se conocieron en la ciudad de Ayolas (Paraguay) cuando Adela Vera tenía 18 años recién cumplidos, mientras que él, Feliciano Azuaga, tenía 21 años. Y se enamoraron perdidamente el uno del otro hasta el punto de que seis meses después se estaban dando el ‘sí, quiero’.
Los primeros años de matrimonio estuvieron llenos de momentos inolvidables. Sin embargo, después llegaron las discusiones, las palabras subidas de tono y las faltas de respeto.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraPara no destruir la familia con dos hijos que habían formado, esta pareja paraguaya residente en Madrid decidieron recurrir a la fundación ‘Libres para Amar‘ cuyo objetivo es fortalecer a los matrimonios y a las familias frente a las altas cifras de rupturas y divorcios.
Y, es que, Silvia Martín y su marido Franco Moliné se han convertido en unos auténticos maestros del verdadero amor. De hecho, en tan sólo cinco años han ayudado a más de 240 parejas como la de Adela y Feliciano.
Su día a día eran discusiones
«Los primeros años fueron muy bonitos porque estábamos muy enamorados el uno por el otro. Pero después llegaron las primeras discusiones, porque éramos muy jóvenes y nos costó mucho adaptarnos a la nueva vida de casados», cuenta Adela a Actuall.
«Además nuestra primera hija nació pronto. Nuestras discusiones se debían fundamentalmente a la incompatibilidad de carácter ya que mi marido tiene el temperamento muy fuerte, es decir, una persona colérica y yo de temperamento melancólico», agrega.

Tras las primeras discusiones la relación entre Adela y su marido se fue enfriando y él se fue separando poco a poco. “Diariamente discutíamos porque Feliciano tomaba decisiones sin consultarme y cuando yo se lo recriminaba sus respuestas siempre eran muy negativas”, explica.
Adela:»Vivía en un ambiente inseguro, porque nunca sabes cuando una persona colérica va explotar”
Y detalla que lo más difícil era discutir delante de su hija de siete años. “Intentábamos no discutir delante de la niña, porque ella se daba cuenta de todo y lamentablemente los hijos siempre lo pasan mal en estos momentos”.
El matrimonio se fue resquebrajando porque las broncas cada vez iban a más. La situación para Adela llegó a ser “insoportable”. Así nos explica con lágrimas en los ojos uno de los episodios más duro con su pareja: “Debido al carácter tan duro de Feliciano hubo un día que intentó cogerme del pelo y tirarme un objeto. Esta situación me dejo destrozada”. Y añade: “Vivía en un ambiente inseguro, porque nunca sabes cuando una persona colérica va explotar”.
Anhelaba un matrimonio feliz
La mala comunicación entre Adela y Feliciano era la causante de sus problemas que tanto daño los hacía. Sin embargo, después de más de diez años de matrimonio, querían luchar por dar una familia digna a sus hijos.
“No pensamos en separarnos porque pensábamos en el sufrimiento que eso los podía causar y yo siempre soñaba con tener un matrimonio feliz. Que no quisiéramos separarnos no quería decir que no fuéramos conscientes de lo que nos estaba pasando. Las discusiones eran frecuentes y sabíamos que solos ya no podíamos controlarlas”, detalla.
“Estaba escuchando la radio cuando anunciaron un congreso para matrimonios que organizaba una fundación llamada Libres para Amar»
Por ello, Adela decidió buscar ayuda para conseguir un cambio en su matrimonio cuando escuchó un anuncio por la radio. “Estaba escuchando la radio cuando anunciaron un congreso para matrimonios que organizaba una fundación llamada Libres para Amar, así que decidí que Feliciano y yo teníamos que asistir”.
Reunió a su marido y a sus hijos para contarles su deseo de luchar por su familia a través de este seminario. “Se pusieron muy contentos, porque todos echábamos de menos la armonía y la felicidad que debe caracterizar a una familia”, recuerda orgullosa.

Un seminario para matrimonios en crisis cambió su relación
Ni corta, ni perezosa Adela acudió junto a su marido al curso de Libres para Amar. “Participamos en un taller intensivo para matrimonios. Nos ayudaron a reconocer los problemas que teníamos y nos dieron herramientas para trabajar por nuestro matrimonio. Así aprendimos a identificar la diferencia de temperamentos que teníamos y sobre todo a mejorar nuestra comunicación”.
«Nos ayudaron a reconocer los problemas que teníamos y nos dieron herramientas para trabajar por nuestro matrimonio»
Libres para Amar nació en 2007 en Miami (Estados Unidos), pero también se encuentra en España donde Silvia Martín y su marido Franco Moliné se han convertido en la solución para muchas parejas que no saben cómo afrontar su matrimonio.
Aprender a pedir perdón
Después de participar en el seminario, el matrimonio de Adela y su marido, de 45 y 48 años respectivamente, dio un cambio de 180 grados, ya que no sólo han aprendido a comunicarse, sino también a pedir perdón. Ahora su día a día aunque con alguna discusión que otra es la de un matrimonio unido.
“Nuestro matrimonio actualmente es totalmente diferente de lo que antes era, porque vamos mejorando poco a poco. E intentamos corregir aquellos errores en lo que hemos fracasado y tenemos una relación más sana”, relata.
“Ninguna pareja es todo color de rosa, pero en la nuestra ha disminuido el 70 por ciento esas famosas discusiones tontas que antes teníamos»

Este matrimonio lo tiene claro: “Ninguna pareja es todo color de rosa, pero en la nuestra ha disminuido el 70 por ciento esas famosas discusiones tontas que antes teníamos y que ahora han desaparecido y las discusiones actuales que tenemos, aprovechamos para sacar aspectos positivos para mejorar”.
En este sentido, aconsejan a parejas que estén pasando por dificultades que recurran a Libres para Amar. “Recomendamos con toda seguridad la fundación Libres para Amar porque debido a que el estudio es muy completo y sencillo, se abordan tres aspectos muy importantes en los que generalmente se fracasan como son lo espiritual, físico y emocional”, concluye el matrimonio de nuestra historia.