Caricatura de la ministra de Educación Isabel Celaá, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez. /AMB
Caricatura de la ministra de Educación Isabel Celaá, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez. /AMB

Los partidos del Gobierno, PSOE y Podemos, junto al resto de grupos que sostienen sus iniciativas en el Congreso, han vetado la presencia de la comunidad educativa de los trámites para la elaboración de la nueva ley de educación.

Así, la nueva norma educativa será la primera de la democracia en la que se excluye a los profesionales de la educación y se les impide expresar su opinión en sede oficial, de tal forma que no habrá comparecencias.

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La comunidad educativa ya había expresado en los últimos días su desacuerdo con la modificación legal diseñada por el Gobierno y su preocupación por el rumbo que han tomado las enmiendas presentadas por los porpios PSOE y POdemos al texto original.

La Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), primera patronal de la enseñanza creada en España, considera que lo propuesto por PSOE y Podemos tiene «un trasfondo ideológico que pretende imponer una voluntad planificadora por encima de la pluralidad que desean las familias».

A su juicio, «la hostilidad ideológica contra la concertada encierra una contradicción, pues esa mayor pluralidad educativa quedaría solo para quien pueda pagársela», explican fuentes de CECE a Actuall, porque «el Gobierno restringe la libertad de educación y la pluralidad educativa en vez de ampararla, como es propio de cualquier régimen democrático».

La patronal CECE, que agrupa a centros muy diversos (privados, públicos concertados, laicos y religiosos), denuncia que «esta ley busca hostigar a la enseñanza concertada y reducir su presencia«.

Desde la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (CONCAPA) también se ha criticado esta reforma como «un desacierto y un despropósito por vulnerar la libertad para poder elegir el tipo de educación que los padres quieren para sus hijos».

Su presidente , Pedro José Caballero, explicaba recientemente a Actuall que el camino hacia la novena ley educativa de la democracia se realice sin consenso y un diálogo abierto con la comunidad educativa: «Todos estos globos sonda se hacen al margen de la comunidad educativa, de consensuar o de dialogar».

«A día de hoy, con la que nos está cayendo, con la que tenemos encima, con la crisis global humanitaria que tenemos, lo que menos deberíamos es ponernos a trabajar en una nueva ley», incide Caballero.

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