He leído su artículo [En ElDiario.es, N. de la R.] sobre los “cursos” y “pseudoterapias” “clandestinas e ilegales” del obispado de Alcalá de Henares y he de decir que me entristece bastante todo esto. Es más, no puedo evitar indignarme y cuestionarme en qué clase de sociedad democrática estamos viviendo. ¿Cómo es posible que cuestiones de este tipo se den a estas alturas del siglo XXI?
En cuanto lo he leído me he visto en la obligación moral de escribirles porque resulta que sí tengo pistas sobre este caso y sé de personas, así en plural, y más de las que podrían imaginar, incluso fuera de España, que están en el ajo, si se me permite la expresión.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLa verdad, no sé por dónde empezar. Es tal la magnitud de lo que dice la mujer del audio y el impacto que ha tenido en mí mismo, sin ir más lejos, que estoy dispuesto a hacer lo que haga falta para hacer justicia.
Le voy a contar mi caso con toda la humildad y honestidad que sea posible recoger, y me va a permitir que lo haga desde el anonimato, pues tengo miedo a represalias en mi entorno.
Yo soy alguien que realmente quiere, anhela y desea revertir la PMS [Proyección al Mismo Sexo] y descubrir mi verdadera identidad como varón. Al comenzar este itinerario, que llevaba años buscando tras un intento de suicidio, me prometieron ver milagros, y así ha sido. Mi vida ha ido a mejor, aquellas personas de mi entorno, tanto los que conocen mi situación como los que no, están notando una favorable evolución e incluso recurren a mí para hablarme de casos cercanos a ellos y pedirme consejo. Me siento más optimista, contento, tengo más fortaleza mental; he dejado de lado las crisis de ansiedad, depresiones y pensamientos suicidas que antaño me atribulaban por los sentimientos de la PMS.
He dejado de ver a algunos de mis amigos como meros objetos sexuales con los que fantasear para darme placer
Podría contar mil cosas, pero permítame que destaque una cosa, y es que, a raíz de este itinerario, he dejado de ver a algunos de mis amigos como meros objetos sexuales con los que fantasear para darme placer, también he dejado de pensar cómo conseguir tener sexo con ellos. Ahora comprendo que es lo peor que podría hacerles. Incluso llegué a plantearme emborracharlos para conseguir lo que quería.
Ahora comprendo que lo que buscaba en ellos eran aquellos rasgos masculinos que creía que carecía. Poco a poco voy descubriendo que no es así, que se trata de un engaño inducido por una herida de índole afectivo-sexual. No tengo miedo a llamarlo trastorno, porque así me siento.
Ya estando en la Iglesia me sentí acogido y querido. Había algo dentro de mí que me impulsaba a buscar la verdad a mi situación, que aquellos sentimientos por sí mismos me hacían experimentar la muerte en vida: me sentía solo, no importante para nadie. Necesitaba un vínculo afectivo íntimo con otro hombre para compensar la distancia de mi padre en mi infancia y he descubierto que no voy a encontrarlo en la cama de otro hombre. Ahora tengo amistades sanas y auténticas, mi vida tiene un sentido, como diría Víktor Frankl. Hablo de un sentido que trasciende nuestro ser: amar a una mujer hasta entregarme y donarme totalmente. Haré lo que esté en mi mano para lograrlo.
Lo único que me provocó ansiedad, depresión y hasta un intento de suicidio es el hecho de no encontrar otra alternativa a mis sentimientos más que la vida gay
Por tanto, no se trata de una fobia, pues, según la RAE, fobia es aversión o temor exagerado. Sin embargo, desde mi experiencia, que no admite discusión, en ningún momento he sentido aversión, ni temor u odio hacia las conductas de la Proyección por el Mismo Sexo (o PMS, término que para mi grata sorpresa conocía y que, por cierto, es el más adecuado a nivel psicológico, moral, antropológico y lingüístico frente a otros términos como gay u homosexual).
Es más, le diré que lo único que me provocó ansiedad, depresión y hasta un intento de suicidio es el hecho de no encontrar otra alternativa a mis sentimientos más que la vida gay, pues en el fondo de mi ser, ansío, por encima de todo, unirme a una mujer en matrimonio (del de verdad, de los que respetan y comprenden la magnitud del sacramento) y formar una familia. Además, se trata de algo que está impreso en cada una de mis células. Pocas cosas hay que me hagan tan feliz y me hagan seguir adelante con este itinerario de maduración integral.
Por cierto, es así como se llama, y no pseudoterapia, ni cursos u otros términos que emplea en su artículo. Se trata de eso, de un itinerario para madurar integralmente.
Durante todo este tiempo de itinerario, en ningún momento he sentido que mi libertad se haya visto coartada ni que me hayan dorado la píldora porque pensaban igual que yo. Sencillamente, existimos personas que sentimos estos sentimientos de PMS pero no los deseamos ni nos identificamos con ellos. ¡Ojo! Que no niego su existencia, eso sería ridículo. Lo que sí niego de forma rotunda, y es rotunda porque es fundamentada empíricamente, es que de estos sentimientos se pueda desarrollar toda una identidad (pues yo no siento que me identifiquen) ni que se trate de algo congénito. Es un insulto a la naturaleza y a la ciencia.
Creo firmemente que no se respeta mi decisión de no identificarme como gay y buscar una ayuda adecuada para cicatrizar una herida que me impedía madurar y crecer como persona
Estará de acuerdo conmigo en que la naturaleza es sabia y que de contemplar la opción de una “identidad gay” habría habilitado nuestra fisonomía para ello. Resulta imposible que exista la complementación entre personas del mismo sexo, pues psicológica y anatómicamente somos iguales y como bien sabrá: sólo los polos opuestos se atraen y los iguales se repelen.
Le invito a descubrir el amor tal cual es, o sea, como un acto libre y consciente de la voluntad y no como un sentimiento efímero y absorbente, como es el “enamoramiento”.
Creo firmemente que no se respeta mi decisión de no identificarme como gay y buscar una ayuda adecuada para cicatrizar una herida que me impedía madurar y crecer como persona. Ahora veo posible alcanzar la meta más importante de mi vida: amar.
No se puede hacer una idea del bien que ha hecho esa mujer y de las vidas que está salvando el itinerario, empezando por la mía
Es gente como usted la que niega que existan personas como yo, que deciden “renegar”, por decirlo así, de la vida gay y buscar ayuda para abandonar esos sentimientos.
Lamento tanto que casos como el mío no tengan cabida ni la misma visibilidad que el lobby LGTBI. ¿Por qué quienes queremos cambiar tenemos que escondernos y ser perseguidos? ¿Acaso sólo existe la libertad de expresión y derechos humanos para una parte de la sociedad? Dejen de pensar y actuar como si no existiéramos. Dejen de hablar por nosotros. Sólo pedimos el mismo derecho que el resto, que lo tenemos, amparados en la Constitución y derechos humanos.
Tanto el obispo de Alcalá, como la terapeuta de la noticia y el itinerario de maduración integral “Es Posible La Esperanza” cuentan con mi apoyo y mi disposición para ayudar a quien de verdad lo quiera y necesite. No se puede hacer una idea del bien que ha hecho esa mujer y de las vidas que está salvando el itinerario, empezando por la mía.
Le doy las gracias por haber leído hasta aquí, eso ya es un paso. Al igual que a mí, Dios también le quiere a usted tal como es, y por usted murió crucificado.
Para terminar, decir que, a pesar de todo, Es Posible La Esperanza.
* Testimonio recogido por Es posible la Esperanza en apoyo del obispo de Alcalá de Henares, monseñor Juan Antonio Reig Pla, que mantiene un servicio de acompañamiento a personas con Proyección hacia personas del Mismo Sexo (PMS).