El lobby gay ha conseguido influir a gran parte de la clase política mundial / EFE

La revista The New Atlantis ha publicado un estudio sobre «sexualidad y género» en el que desmonta algunas de las teorías del lobby LGTB respecto a transexualidad, homosexualidad y la dicotomía género-sexo. Lo puede leer aquí en español.

Entre las conclusiones del informe destaca que no hay evidencia científica que respalde que la identidad de género sea independiente del sexo. Es decir, aquello tan repetido de «soy un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer» o viceversa. De este modo, ser homosexual o transexual no sería algo «innato».

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Así lo afirman los autores del informe, el psiquiatra Lawrence Maier (miembro del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Medicina Johns Hopkins) y el psicólogo y psiquiatra Paul McHugh (también de la misma universidad), que además señalan que hay una diferencia entre lo que la gente cree que significa la transexualidad y lo que realmente la ciencia revela sobre la  misma. Para ello han analizado los problemas mentales y de salud que afectan a los transexuales.

Hay que recordar que The New Atlantis está considerada una publicación con gran prestigio en el mundo científico. De periodicidad trimestral, la revista aborda temas sociales, tecnológicos y científicos con el fin de «elevar el conocimiento en aspectos de la vida que necesitan una explicación regulada por la ciencia».

Precaución con los ninos

El propio editor de la revista, Adam Keiper, explica la necesidad de este trabajoso estudio. «La transexualidad es una de las realidades más complejas de la sexualidad humana, se puede ver hasta como un fraude en el género humano y necesitábamos contar desde el punto de vista de la biología y la psicología qué es la transexualidad y si tienen repercusiones mentales», señala Keiper, encargado además de dirigir un vídeo sobre este informe.

Asimismo, estos dos expertos sostienen que la realidad biológica es una realidad que no puede ser alterada ni socialmente ni a través de la cirugía: «Aunque un nino pequeño sea considerado -incluso por él mismo- una niña, no lo convierte biológicamente en una niña. La definición científica del sexo biológico es, para casi todos los humanos, claro, binario, y estable, lo que refleja una realidad biológica subyacente que no se contradice con las excepciones a la conducta sexual habitual, y no puede ser alterada por la cirugía o condicionamientos sociales».

Al mismo tiempo el estudio señala que la creencia de que la orientación sexual es innata y responde a una realidad biológica, es decir, «que la gente nace así», no está apoyada por ninguna evidencia científica. Mientras que el sexo biológico es una característica innata de los seres humanos, la identidad de género es un concepto más difícil de alcanzar.

Sólo una minoría de los menores que muestran pensamientos o comportamientos atípicos sobre su género continúan haciéndolo durante la adolescencia y la edad adulta

Los ninos son además una parte importante del estudio. El informe sostiene que sólo una minoría de los menores que muestran pensamientos o comportamientos atípicos sobre su género continúan haciéndolo durante la adolescencia y la edad adulta. Por eso los científicos creen que no hay motivo para que todos estos ninos deban ser animados a convertirse en transexuales y mucho menos a ser sometidos a un tratamiento hormonal e incluso a la cirugía.

Para Lawrence Maier y Paul McHugh nadie puede determinar la identidad de género de un nino. «Tenemos dudas acerca de que un nino tenga desarrollado el sentido de su género. Nos alarman profundamente estas terapias, tratamientos y cirugías (LGTB) porque pueden ser prematuras, ya que la mayoría de los ninos que se identifican con el género opuesto a su sexo biológico no continuará haciéndolo ni durante su adolescencia ni en edad adulta. Hay una falta de estudios fiables sobre los efectos a largo plazo de estas intervenciones. Instamos enérgicamente a la precaución en este sentido».

Subpoblaciones LGTB

Uno de los puntos más polémicos del estudio es el que se refiere a los problemas de ansiedad, depresión y suicidio que sufren homosexuales y transexuales en un porcentaje mayor al de los heterosexuales. Y no sólo eso, sino que además son más frecuentes en ellos problemas sociales y de comportamiento tales como la violencia de pareja.

La ciencia no ha demostrado que el estrés o el estigma social sean los causantes de la totalidad, o incluso una mayoría, de los problemas mentales de homosexuales y transexuales

Y es que uno de los argumentos tradicionales empleados para explicar esta realidad es el del estrés que tanto homosexuales y transexuales sufren a causa de la discriminación y el estigma social. El estudio, sin embargo, señala que la ciencia no ha demostrado que estos factores por sí solos representen la totalidad, o incluso una mayoría, de los problemas mentales entre homosexuales y transexuales.

Así lo explican los autores del informe: «Hay una necesidad de una extensa investigación para demostrar la hipótesis de estrés social y otros aspectos que expliquen esta diferencia porcentual (entre heterosexuales respecto a homosexuales y transexuales), así como para ayudar a identificar formas de abordar los problemas de salud presentes en estas subpoblaciones».

Sin entrar en aspectos políticos, el estudio reclama realizar más investigaciones sobre casi 20 temas críticos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género. «Se necesita más investigación para descubrir las causas del aumento de las tasas de problemas de salud mental en las subpoblaciones LGBT«.

La revista, asimismo, advierte de que «a menudo hay una gran brecha entre la certeza de nuestras creencias acerca de estas cuestiones y lo que la ciencia muestra». Por ello, concluye: «La sexualidad es una parte enorme complejidad de la vida humana que desafía nuestros intentos de definir todos sus aspectos y estudiarlas con precisión».

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