La ley aprobada en el Perú goza de un amplísimo consenso.
La ley aprobada en el Perú goza de un amplísimo consenso.

El hashtag más utilizado por el movimiento a favor de la vida internacional es #SalvemosLas2Vidas, pues resume de manera espectacular su ideal y su razón de ser. En el dramático momento en que una mujer se plantea la posibilidad de abortar, surge de cualquiera de sus miembros un esfuerzo generoso y tenaz por salvar las 2 vidas en cuestión: la de la madre y la de sus niños por nacer. Y de esa manera, desmonta el falso dilema de las feministas de aborto que buscan poner en conflicto estas dos vidas para optar sólo por la de mujer en perjuicio de la vida de su hijo o hoja por nacer.

Recientemente se publicó en el diario oficial El Peruano la Ley que ha hecho realidad este anhelo pro vida. Con un número que ayudará a su fácil recordación la ley Nº 32000, “Ley de Protección del Embarazo de la Madre Gestante, del Niño por Nacer y de su Entorno Familiar” obliga al Estado a proteger y salvar las dos vidas, y las del entorno familiar.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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A pesar que el proyecto fue presentado por la congresista Rosangella Barbarán en marzo del año 2022, tuvieron que pasar 2 años para que finalmente sea aprobado en el Pleno del Congreso con una mayoría aplastante de 87 votos a favor, 18 en contra y 7 abstenciones.

La mencionada Ley busca promover y garantizar la protección del embarazo de la madre gestante, del niño por nacer y de su familia antes, durante y después del parto. Asimismo, reconoce al entorno familiar como elemento fundamental en el proceso de gestación, por lo que dispone que el Estado debe promover la integración familiar y el compromiso de sus integrantes en la protección de la madre gestante y del niño por nacer.

Adicionalmente, menciona que los derechos enunciados en la Ley, tales como el derecho a la salud y bienestar de la madre gestante, el derecho a la vida del concebido y el derecho a nacer en un entorno sano, digno y seguro, deben ser considerados en la elaboración de normas complementarias, políticas, planes, programas y proyectos estatales.

¿Quién podría estar en contra de dicha normativa? Esta vez, ni el ideologizado Ministerio de la Mujer se opuso. Sorprendentemente, los autodenominados “defensores de las mujeres y niñas”, Promsex, la Defensoría del Pueblo y la Bancada Cambio Democrático- Juntos por el Perú pusieron resistencia a la aprobación del proyecto (sin embargo, para quienes seguimos de cerca esta ideologizada labor, no fue para nada sorprendente)

Algunos de ellos señalaron que equiparar el concepto de “concebido” (el cual mantiene una protección constitucional) a “niño por nacer” es erróneo y “peligroso”, sin poder explicar razonablemente el por qué. Por supuesto, lo sabían, pero no lo podían expresar. Sería como confesar su nefasto propósito: deshumanizar al niño que todavía no ha nacido para que pueda ser destruido en un aborto. El inteligente planteamiento de la norma los obligaba a esconder este inconfesable propósito.

Queda por demás claro lo peligroso que resulta hacer distinciones que llevan a estimar que ciertos seres humanos no se encuentran incluidos dentro del concepto de persona, suprimiendo su dignidad. Tal es el caso que históricamente ha sucedido con la legalización del aborto y de la esclavitud. Los concebidos que se quieren abortar o los esclavos no son personas: entonces no tienen derechos. Son rebajados al nivel de las cosas: pertenecen a alguien que los puede comerciar o destruir a voluntad.

Otros opositores al proyecto de ley increparon que no era coherente con la normativa relativa al aborto terapéutico. Ante ello, la congresista Barbarán aceptó que se incluyera la siguiente especificación: “ [estas] disposiciones no se contraponen ni colisionan con lo dispuesto en el artículo 119 del Decreto Legislativo 635, Código Penal.” Sin embargo, el bloque feminista mantuvo su posición contraria y votó en contra de la aprobación del proyecto.

Estos congresistas decidieron ignorar que, precisamente, lo que se busca a través de la mencionada iniciativa es evitar embarazos de riesgo y proteger tanto a la madre como al concebido para que ambos se desarrollen en un ambiente ideal durante antes, durante y luego de la gestación.

Durante el debate, la parlamentaria y obstetra Mery Infantes resaltó la importancia de los cuidados prenatales y mostró preocupación por la falta de centros de obstetricia y neonatología en el país, por ello respaldó la propuesta ya que la misma asegura una secuencia de control durante el embarazo.

En la misma línea, el congresista Alejandro Muñante manifestó que la Ley ayuda a prevenir y proteger a todo ser humano de acuerdo con las normas internacionales que aseguran derechos fundamentales y aprovechó la oportunidad para hacer un llamado a la Presidencia de la República con el objetivo de lograr la incorporación del Perú al Consenso de Ginebra sobre la Promoción de la Salud de la Mujer y el Fortalecimiento de la Familia, el mismo que se encuentra en consonancia con esta Ley.

Por su parte, la parlamentaria Milagros Aguayo sostuvo que la propuesta promueve cuidados gestacionales para mujeres que actualmente no tienen acceso a los mismos, todo ello con el fin de proteger a las dos vidas en cuestión. Como presidenta de la Comisión de la Mujer, Aguayo viene impulsando muchas iniciativas en este sentido. Por ejemplo, el Proyecto de Ley 3038 que incorpora el enfoque transversal de familia en las políticas públicas y el 6588, que busca el cambio de denominación del Ministerio de la Mujer por el de Ministerio de familia, infancia, adulto mayor y personas con discapacidad.

Y es que resulta primordial formar familias fuertes para poder vivir en una sociedad en la que el derecho a la vida y la salud se aseguren para todos sus miembros. Garantizar el acceso y efectividad de cuidados prenatales según las condiciones específicas de las gestantes es esencial para evitar la mortalidad fetal, neonatal y materna de modo que se puedan asegurar los derechos de cada madre y niño por nacer.

La Ley ha establecido un plazo de 30 días para que se apruebe el reglamento que desarrolle esta norma, esperemos que el Ejecutivo tome en cuenta esto último al momento de elaborar el texto.

Cristina Cevallos

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