Cruda realidad / Sí, sí, el aborto es ‘su’ sacramento

    El aborto es el sistema anticonceptivo de seguridad cuando fallan los demás -y, naturalmente, fallan-, y sin ese mecanismo no hay Revolución Sexual segura. Por eso el aborto es ‘su’ sacramento intocable, como dijeron las Femen.

    0
    Imagen de una marcha abortista en Polonia / EFE
    Imagen de una marcha abortista en Polonia / EFE

    La violentas protestas de las abortistas en Polonia han movido al Gobierno polaco a echar marcha atrás en sus planes de acabar para siempre con esa lacra.

    Yo misma podría haberles advertido que el aborto es la más innegociable de las conquistas de la cultura de la muerte; renunciarán antes a cualquier otra cosa. Si cae el aborto, si el aborto vuelve a verse socialmente como lo que es, toda la emponzoñada matriz acaba estallando como un globo.

    Algunas personas creen que La Sexta da información.

    Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.

    Suscríbete ahora

    El aborto es el secreto que define nuestro tiempo. Es la concesión que hace baldías las muchas cosas buenas que tiene el sistema político y social en que vivimos, lo que convierte nuestro tiempo, tan enfermo de compasiones huecas y ruidosas, en una época bárbara, cruel y salvaje.

    Una sociedad que mata legalmente a millones a sus hijos no nacidos a petición de sus propias madres no puede encontrar un bien tan grande que compense ese horror.

    Y lo llamo ‘secreto’ porque, si bien no se esconde exactamente ni va enmascarado por la calle el ‘médico’ que lo practica, sucede siempre lejos de la vista y, a ser posible, del mismo lenguaje, que se resiste a llamar el proceso y sus fases por sus nombres comunes.

    También es secreto porque ni quienes creemos que es una matanza que clama al cielo actuamos ya como si lo fuera. Hemos perdido, como los demás, el sentimiento del horror.

    Sí, es terrible que esos sonrientes políticos que nos representan legislen esto y lo otro mientras consienten y, en algunos casos, financian la silenciosa masacre de nuestros hijos.

    Pero hay que pensar en el concierto de los colegios, en que nos suben el IVA, en que viene Podemos y esto va a ser Venezuela, tampoco hay que obsesionarse…

    Quien vea en el feto un ser humano vivo -y no entiendo cómo diablos puede verse otra cosa- no necesita una religión para considerarlo un mal sin paliativos

    Y mientras, cada día, siguen muriendo ninos que no llegan a nacer, porque para los partidarios de este ‘procedimiento’ es uno de los pilares de todo su sistema, y los que estamos en contra estamos cansados y embotados, y en el fondo no es nuestro problema, no está en nuestra vida diaria. No vemos, y tampoco tenemos muchas ganas de ver, ni de resultar demasiado pesados.

    El aborto, por lo demás, se mueve en una profunda incomprensión de cada uno de los bandos por lo que piensa el otro. Los abortistas no entienden nuestro empecinamiento y a menudo lo resuelven concluyendo que es una atávica superstición derivada de esa fe superada, el cristianismo -«sacad vuestros rosarios de nuestros ovarios»-, vagamente conectada con una visión negativa del goce sexual.

    No es fácil explicarles que quien vea en el feto un ser humano vivo -y no entiendo cómo diablos puede verse otra cosa- no necesita una religión en concreto para considerarlo un mal sin paliativos. Basta con el viejo y universal tabú contra el asesinato de inocentes.

    Por nuestra parte, tendemos a no entender la importancia que tiene el aborto legal en todo el engranaje mental de nuestros adversarios. No es, en su esquema, una medida brutal y extrema que podría abolirse o paliarse dejando más o menos intacta la estructura. Es la viga maestra. Si cae el aborto, cae todo.

    Es imperativo que entendamos que nunca van a ceder en esto, que van a defender el aborto -«un sacramento», como acertadamente lo expuso en su cuerpo desnudo una de las Femen que entraron en el Congreso- con uñas y dientes, hasta el final.

    La Revolución Sexual fue el caballo de Troya del poder contra su más enconado freno, la familia

    Quema de sujetadores a cargo del movimiento feminista de los años 70
    Quema de sujetadores a cargo del movimiento feminista de los años 70

    El aborto es el sistema anticonceptivo de seguridad cuando fallan los demás -y, naturalmente, fallan-, y sin ese mecanismo no hay Revolución Sexual segura. Y, por último, la Revolución Sexual fue el caballo de Troya del poder contra su más enconado freno, la familia.

    Tengo la absoluta seguridad de que nuestros descendientes, no sé dentro de cuántos años, mirarán a nuestra época con horror, preguntándose cómo sociedades prósperas y, en tantas otras cosas, amables y respetuosas con los derechos humanos pudieron convivir alegremente con semejante barbarie, igual que hoy nos preguntamos cómo tantos hombres buenos de la Confederación podían comer, dormir y amar a sus seres queridos manteniendo a los negros en la esclavitud.

    Pero es clave tener claro que, cuando caiga el aborto, todos los ingredientes de la cultura de la muerte habrán caído antes.

    Comentarios

    Comentarios