Reparto de información sobre el PIN Parental a cargo de HazteOir.org. /HO
Reparto de información sobre el PIN Parental a cargo de HazteOir.org. /HO

Ya hemos comentado en estas mismas páginas que el PIN Parental se ha convertido en la bestia negra, el blanco de las iras de la izquierda, el fantasma que se les aparece en sueños y les hace sudar, llorar y temblar. 

Yo me he hartado de explicar que los padres que piden el PIN Parental sólo quieren saber quién les va hablar de temas afectivo-sexuales y sus derivadas (orientación sexual, género…) a sus hijos, si tienen algún enfoque ideológico, si pertenecen a algún grupo… Y luego decidir si acuden o no a esas charlas y actividades. Nada más. 

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Por tanto, los padres que piden el PIN Parental no es necesario que sean católicos, ni de derechas, ni que voten a Vox ni que sean miembros de HazteOir.org. Son padres que son conscientes de sus derechos y de sus responsabilidades y no quieren que sus hijos sean adoctrinados por activistas LGTBI, ideólogos de género o ultrafeministas.

Esta semana nos hemos enterado de que una señora de Murcia ha hecho uso del PIN Parental para que su hija no tuviese que asistir a la visita que hacía a su centro escolar el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras. 

En realidad, lo que ha hecho esta señora es ejercitar sus derechos para que su hija no tuviera que estar presente en un acto institucional en el que los menores, junto a los profesores y el personal del centro, reciben a la máxima autoridad autonómica.

Ciertamente, no es una actividad de contenido afectivo-sexual ni ideológico porque se trata de una visita institucional del presidente regional. Pero para esta madre murciana López Miras debe ser la encarnación del mal y se ha negado a que su hija lo reciba. 

El caso me ha hecho pensar. Y por eso dedico estas líneas a los padres que votan a Ciudadanos, PSOE, Podemos y otros partidos de izquierda. Y lo hago sin ánimo ninguno de ofenderles ni de provocar sus iras. Sólo les ruego que dediquen unos minutos a leer y a reflexionar. 

Estimados padres: imaginen las situaciones que menciono a continuación. Todas estas intervenciones, charlas, actividades, por supuesto, en horario escolar y con carácter obligatorio. 

  1. Un famoso torero va a dar una charla a los alumnos para invitarles a que acudan a los toros e, incluso, se atrevan a probar suerte como toreros.
  2. El carnicero del barrio pone un vídeo a los niños de Primaria sobre la matanza del cerdo y el aprovechamiento de su carne, sangre, cabeza… El problema es que usted es vegano y educa a sus hijos en esa doctrina y comportamiento.
  3. El concejal de Vox del municipio va dar una charla a los alumnos de Bachillerato del Instituto de Enseñanza Secundaria para hablarles de sus propuestas políticas e invitarles a afiliarse al partido.
  4. Un imán de la mezquita de la ciudad imparte charlas a los alumnos de ESO sobre ‘Los derechos del hombre’.
  5. Un experimentado cazador de elefantes acude a proyectar un documental de sus aventuras a los alumnos de Bachillerato, a quiénes les explica cómo sorprende a los animales, les dispara y aprovecha su carne, piel y colmillos.
  6. Un fabricante de tabaco explica a los adolescentes que fumar es un hábito tradicional y arraigado que socializa, proporciona seguridad y les hace madurar.
  7. El párroco de la zona da una charla en el colegio público más próximo sobre cómo confesarse correctamente.
  8. El expresidente del Gobierno, José María Aznar, imparte una conferencia titulada ‘Obligaciones y retos del joven español’.
  9. Un militar en activo se dirige a los jóvenes para invitarlos a incorporarse al Ejército y utilizar armas, manejar carros de combate y realizar ataques por sorpresa en los campamentos enemigos. 
  10. Un empresario de éxito cuenta su experiencia a los menores. Su tesis principal se resume así: “Lo primero es obtener beneficios. Lo segundo, vender. Lo tercero, destruir a la competencia”.

Por favor, digan si en estos casos -o al menos en alguno de ellos- ejercerán o no sus derechos como padres para presentar el PIN Parental o, simplemente, decir a los directivos del centro educativo: “mi hijo a esto no va”.

¿Se opondrían ustedes, padres que votan a partidos de izquierda, a que sus hijos acudieran a esas charlas? Pues si lo hacen, que sepan que han presentado -formal o informalmente -el PIN Parental. O, como dicen algunos “el veto parental”.

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