El mismo día que Sam Blackledge, un estudiante de 18 años del Prairie High School, entregó su último discurso para la graduación, el director del centro le amenazó con no darlo si no quitaba la mención a Jesús que hacía. Desde el centro aseguraron que no querían «dar un aspecto religioso a la ceremonia».
Blackledge es uno de los alumnos más brillantes de la escuela. El joven tiene claro que «si no fuera por Cristo no hubiera sido un Valedictorian». Es por eso por lo que decidió mencionarle en el discurso que había estado preparando durante semanas, ya que siente que es parte de su «identidad». «Quería llorar», lamenta.
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Suscríbete ahoraValedictorian es el título académico de éxito utilizado en los Estados Unidos, Canadá, América Central y las Filipinas para el alumno que pronuncia la declaración de clausura o de despedida en una ceremonia de graduación.
Después del ataque a la libertad de expresión de Blackledge, su abogado, Jeremy Dys, ha decidido que va a estudiar si se ha violado la Constitución de Estados Unidos, ya que la Primera Enmienda protege los derechos a la libertad de religión y a la libertad de expresión sin interferencia del gobierno, según recoge el Washington Times.
El componente más básico de la libertad de expresión es el derecho a la libertad de palabra. Este derecho permite que los individuos se expresen sin intervención ni restricción del gobierno. Por lo que este derecho no se respetó al prohibirle hablar de Jesucristo.
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